Cereza

En junio…La Marina sabe a cereza

Un paisaje teñido de blanco, repleto de cerezos en flor, se puede observar y disfrutar durante los meses de mayo y junio en el interior de La Marina. Una invitación al ecoturismo y una experiencia para los sentidos. Una oportunidad para el turismo activo y gastronómico. Todo ello lo podemos encontrar estas semanas en la Vall de Gallinera, donde sus municipios viven con intensidad la recolección, comercialización y festividad de la cereza, producto por antonomasia en esta zona del interior de La Marina Alta.

Los habitantes de Benissivà, Benitaia, Benialí, Benirrama y Alpatró están volcados en la fiesta de la recolección de este fruto y también se abren estos días, más que nunca, para que turistas, visitantes y vecinos de otros municipios de la Costa Blanca se adentren y saboreen todo lo que implica el mundo de la cereza.  La gastronomía, por tanto, tiene mucho protagonismo, con once restaurantes de estos municipios que ofrecen los platos más tradicionales del valle, siempre con la cereza como denominador común.

Todos ellos se han unido para diseñar una ruta gastronómica que permite recorrer todo el valle compartiendo mesa y mantel con los mejores productos y tradición culinaria de esta zona de la Marina. En Benissivà el restaurante Ta Casa, Raval o el Bar La Font, presentan entre otros platos un pato a la cereza, coca de cereza o mousse de yogur con cereza.

En Benialí son el bar Tarraso, el restaurante l’Aplec, Sabors, Jabalí o la cafetería Bar Estanc Isa, los que se han sumado a esta ruta de la cereza con platos espectaculares como el pollo relleno de cerezas con sala de dos texturas del restaurante Sabors. En Benirrama son el restaurant Miró Cuina, y el Bar Roca, los que ofertan menús realizados con cerezas; mientras que en Alpatró también colabora el restaurante Keles con un solomillo de cerdo a la brasa con salsa ahumada de cereza.

Además de disfrutar de las mejores viandas, con la excusa de la cereza podéis aprovechar esta incursión en el interior de la Marina para conocer estos y otros municipios que conforman la Vall de Gallinera, donde a pocos  kilómetros de la costa tenemos todo un mundo por descubrir en el que tradición y gastronomía aderezan un menú en el que el patrimonio rural y arquitectónico, la riqueza paisajística y el turismo activo (con rutas de senderismo o en bicicleta) constituyen la estructura fundamental.

Desde el blog de la Guía del Turista os recomendamos que visitéis les Valls de la Marina tanto estos días como en cualquier época del año. ¡Hacerlo y nos lo contáis!

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Uva moscatell

La uva moscatel: uno de los tesoros de La Marina

La riqueza y variedad gastronómica que tenemos en la Costa Blanca, en general; y en el norte de la provincia de Alicante, en particular; está maridada con unos vinos singulares, propios de esta zona y relacionados con un excepcional producto que, hace miles de años, encontró acomodo en estas tierras: la uva moscatel de Alejandría.

Se trata de una variedad muy apreciada en toda España que destaca por su potencia aromática y las enormes posibilidades que ofrece para elaborar diferentes caldos, desde blancos y espumosos, bien para aperitivo o para acompañar con mariscos, pescados y comidas ligeras; hasta licores dulces como la conocida mistela, que tanto gusta por estos lares para acompañar el postre o como guinda, tras el almuerzo o la comida, para dejar un agradable sabor en el paladar.

¿Por qué en La Marina?

El Moscatel de Alejandría es propio de La Marina porque en estas tierras encontró las condiciones climáticas y orográficas perfectas para su desarrollo. Las propiedades del suelo, la temperatura estable y suave de este rincón del Mediterráneo así como, y en gran medida, su proximidad al mar, hacen que esta variedad, considerada una de las mejores del mundo, crezca con alegría aportando toda su riqueza a la gastronomía local y regional.

Estas condiciones relacionadas con el ecosistema de la Marina se completan con las características propias de este tipo de vides, capacitadas para resistir sequías prolongadas y relativamente fáciles de cultivar. Por el contrario, la producción no puede alcanzar nunca los números que ofrecen otras variedades, aunque este factor también contribuye, al mismo tiempo, a mejorar la calidad de los vinos que se obtienen en cada añada.

La aportación de la uva moscatel de Alejandría no sólo la catamos en la mesa, sino que también se puede observar y degustar a través de los paisajes que ofrecen sus cepas, que con su gran tamaño dibujan un horizonte muy peculiar especialmente en toda la zona del Vall de Pop hasta alcanzar prácticamente la costa de Teulada y Benissa. Riqueza paisajística que cambia con las estaciones, ofreciendo una gama de colores verdes y terráceos digna de contemplar.

Obviamente muchas fiestas y tradiciones de las poblaciones de la Marina están ligadas a este cultivo, a su siembra, vendimia y también posterior ‘escaldà’ (actividad de la que hemos hablado en otros posts del blog de la Guía del Turista y que se todavía se puede conocer en la fiesta que tiene lugar a finales de agosto en la localidad de Jesús Pobre).

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Turismo rural y ecologico

Turismo ecológico y rural: descubriendo el paisaje de La Marina

Si os gusta el turismo rural y ecológico, si queréis descubrir La Marina desde otro punto de vista, desde la Guía del Turista os invitamos a disfrutar del programa “Descobreix el paisatge 2019”, que ofrece un conjunto de diez visitas por diferentes poblaciones de la Marina Alta donde, de la mano de los productores agroalimentarios, podréis recorrer huertos de almendros, olivos, naranjos, viñas, cerezos, trigo, perelloners, algarrobos, arroz, ciruelos, limoneros y hortalizas.

En esta iniciativa, que cumple su segunda edición, participan un total de 17 productores y productoras de la comarca, el 70% de los cuales hace agricultura exclusivamente ecológica. Descobreix el paisatge os permitirá recorrer huertos de almendros, olivos, naranjos, viñas, cerezos, trigo, perelloners, algarrobos, arroz, ciruelos, limoneros y hortalizas, en una iniciativa en el que colaboran distintos ayuntamientos como los de Dénia, Jesús Pobre, Teulada, Vall de Ebo, Alcalalí, Pedreguer, Pego y Benissa, además de la Mancomunidad Vall de Pop y la MACMA.

El programa, que se inició en el mes de noviembre, se reanudará el próximo de mayo con una visita a la Vall de Gallinera para conocer una cooperativa de cerezas de montaña, el producto típico de esta zona de la Marina. Un mes después, el  de junio, el turno será para Teulada y Moraria, que proponen una visita a la  Finca de lavanda, viñas y cooperativa, y a la Finca La Cuta, perteneciente a la Cooperativa de Teulada.

En julio será el turno para los municipios de Sagra y Dénia,que se han inclinado por las frutas tropicales de esta zona y la cerveza artesanal. Las iniciativas parten de las empresas La bacorra y Cerveceria de la Marina Alta. El tres de agosto podréis observar lo que se conoce como Huerta Sana en las zonas de Pego y Llíber, mientras que el 14 de septiembre Joan Gasquet, en La Xara; y Pego Natura, en la citada localidad, tomarán el relevo.

De nuevo Dénia, con el huerto del restaurante Pont Sec; y la cooperativa de la Vall de Ebo coparán la cita del 20 de octubre, finalizando el programa la visita a l’Hort de l’Alè, en Pedreguer; y el Hort Obert, en Dénia

Las visitas son gratuitas, así como el desplazamiento en autobús desde Dénia hasta las poblaciones donde se desarrolle la actividad. Las plazas son limitadas y las personas interesadas en asistir se tienen que inscribir antes del mediodía del jueves previo a cada visita enviando un correo electrónico con los datos personales al correo deniaviva@ayto-denia.es. Todas las visitas saldrán a las 9.30 horas desde la Casa de Cultura de Dénia (exceptuando las de los meses de julio y agosto, que se realizarán por las tardes, a las 17.30 horas).

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Castillo de Denia

¿Qué ver en el castillo de Dénia? Puntos imprescindibles:

El castillo es el gran emblema de Dénia y, sin duda, el elemento más importante de su destacable patrimonio. Esta fortaleza fue antaño plaza estratégica para la defensa y símbolo inequívoco del poderío e influencia de la ciudad, siendo en la actualidad escenario de obras de conservación y restauración, así como de innovadoras propuestas de difusión. Aunque su diseño se remonta la a época islámica, entre los siglos XI y XII, es uno de los elementos patrimoniales que define la topografía histórica del núcleo urbano.

Desde la Guía del Turista recomendamos su visita, no sólo para que os empapéis con la historia de Dénia, sino también para disfrutar de las inmejorables vistas que ofrece de la ciudad, de la línea costera y del Montgó. Su privilegiada ubicación, sobre una colina situada en el centro urbano, lo convierte en un lugar fantástico para hacerse una idea de la variedad y riqueza paisajística que oferta la ciudad. Además, su accesibilidad permite subir rápidamente hasta el punto más elevado y hacerlo acompañado de niños.

Podéis haceros fácilmente con un plano, díptico o desplegable donde figuren los puntos más destacados del castillo de Dénia. No obstante, y para haceros boca, os resumimos aquí los que consideramos como imprescindibles:

-Palau del Governador/Museo Arqueológico: Ubicado en la parte más elevada del castillo, en dos estancias conocidas como “Palau del Governador” (palacio del gobernador), atesora en su seno el pasado de la ciudad, que explica su formación y evolución, así como el porqué de sus formas actuales y de la idiosincrasia y forma de vida que distingue a su población. Incluye información de las épocas ibérica, romana, musulmana y cristiana.

-El Palau Vell y las Escaleras del Duc de Lerma: En una de las actuaciones más recientes que se han llevado a cabo en castillo se ha procedido a restaurar toda la zona del Palau Vell y, en especial, las escaleras que permiten ascender a la zona superior del mismo.  Su restauración y puesta en valor no sólo permiten admirarla en todo su esplendor, sino también que el castillo recobre su grandeza renacentista y redescubre la existencia de estructuras y contextos de un antiguo palacio andalusí, que dataría del año 1.100 aproximadamente y que habría sido la vivienda de altos cargos de la época.

-La Torre del Consell: Además de fortaleza defensiva, el castillo también se convirtió en la cocina donde a partir de los siglos XV y XVI la clase política y los personajes influyentes marcaban la agenda y decidían sobre el futuro del municipio. Lo hacían en el denominado Consejo de la ciudad (Consell de la Vila), que se reunía en una torre levantada en el siglo XV y cuyo nomenclatura, Torre del Consell, recuerda su grandeza como centro de poder y de toma de decisiones. Desde el punto de vista arquitectónico destaca la bóveda de crucería de su sala interna, con una ventana geminada con arcos lobulados, que enlaza la arquitectura puramente defensiva con el primor del gótico civil valenciano más tardío.

-La Vila Vella: La conquista de Dénia por el Rey Jaume I en 1244 y, por ende, su incorporación a la corona de Aragón, ejercerá en años posteriores un gran impacto en el urbanismo de la ciudad, que buscará su espacio en el interior del recinto de la muralla.

Es así como en 1308 se funda La Vila, un espacio que nació como plaza militar pero que albergó manzanas con viviendas, calles e infraestructura urbana con un marcado carácter gótico. Siglos más tarde la Guerra de Sucesión pondrá fin esta vida urbana en el interior del castillo, devolviendo a la fortaleza un papel exclusivamente estratégico, defensivo y militar.

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Benissa Ayuntamiento

Benissa: un viaje a la Edad Media y al Renacimiento. ¿Nos acompañas?

En el sur de la Marina Alta encontramos una de las localidades más destacadas de esta comarca: Benissa. Su población, situación estratégica e importancia histórica así lo acreditan, como la calidad de sus celebraciones (sin ir más lejos, a finales de este mes de abril celebrará sus conocidas fiestas patronales) y de su patrimonio.

Los musulmanes hicieron de Banu-Issa, la actual Benissa, uno de sus principales enclaves, aunque lo que mejor se ha conservado en su pasado medieval, con un centro histórico que permite dar un paseo por la Edad Media y el Renacimiento.

El recorrido que os proponemos debería comenzar en la Plaza del Portal, la antigua entrada de una Benissa que antaño estuvo amurallada, como muchas de las plazas musulmanas (el castillo de Dénia, por ejemplo, también es de la época árabe). En ella se levanta el Ayuntamiento, que hace siglos albergaba el antiguo Hospital Municipal. Nuestra próxima parada, adentrándonos como hemos dicho en la la Benissa medieval, será la recoleta Plaza de la Iglesia Vieja,  donde unos azulejos y una réplica de la fachada de la iglesia constatan la presencia durante siglos de la antigua iglesia-fortaleza medieval, donde se resguardaban los benisseros ante las incursiones de los piratas.

Por su parte la calle de la Puríssima  revela la fisionomía de una ciudad valenciana del renacimiento, con sus balcones enrejados, su calzada empe­drada, el contraste del blanco encalado y la piedra tosca. En la misma calle Puríssima está el edificio de uso público más antiguo de Benissa: La Sala del Consell, utilizada como casa de la villa, cárcel y archivo legal.

Otros edificios de interés y visitables son las antiguas casas solariegas de los Andrés y Pere Bigot o el Palacio de los Torres-Orduña. El interés que ha tenido el municipio por rehabilitar su patrimonio y darle un uso público permite visitar ambos, convertidos hoy en la Sede Universitaria, en el caso del primero; y en un Centro cultural y Biblioteca, en el caso del citado palacio.

La vecina calle Desamparats, que también rezuma aires renacentistas, acoge el Centro Cultural tienes el Casal dels Joves, que está implantado sobre una construcción de uso civil del siglo XVI que, en tiempos, era depósito de trigo, cárcel, Sala del Consejo municipal, Corte de Justicia y sede de un mercado que se abría en sus imponentes soportales de piedra.

Siguiendo nuestro camino en dirección oeste tenemos el Convento de los Padres Franciscanos, que fue consagrado en 1613 y supuso un hito urbanístico en la Benissa de la época. Durante siglos ha sido un centro de formación para los habitantes de la Marina Alta y la propia orden franciscana, que tenía a las espaldas del convento un Seminario Menor.

Nuestro recorrido por el centro histórico finalizará con la visita a la Iglesia de la Puríssima Xiqueta, cuyas imponentes dimensiones y peculiar estilo neogótico merecen una visita, hasta el punto de que se la conoce como La Catedral de La Marina. Y no olvidéis, durante vuestra visita al municipio, hacer una parada en alguno de sus bares y restaurantes para degustar la gastronomía típica. Es una recomendación del blog de la Guía del Turista.

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Sant Vicent Ferrer ermita en Teulada

2019: ‘Año Jubilar’ de Sant Vicent Ferrer, también en La Marina

Si hablamos de Año Santo o Jubilar nos viene a la mente, casi con toda seguridad, las mediáticas celebraciones en honor a Santiago Apóstol. Sin embargo este tipo de efemérides no están restringidas sólo a una figura eclesiástica. Realmente sirven para celebrar el aniversario del nacimiento de Jesús (lo que se celebra cada 25 años), aunque la Iglesia también declara otros Años Jubilares con carácter extraordinario. Entre ellos, el de un santo ligado a nuestra tierra por su tradición y devoción: Sant Vicent Ferrer.

Todo lo que se conoce como Año Santo o Jubilar se relaciona con un momento de gracia, un tiempo en el que la Iglesia concede especiales gracias espirituales (indulgencias) con motivo de este acontecimiento eclesial de gran relevancia. En este sentido, estamos de enhorabuena, ya que en 2018 / 2019 la institución eclesiástica ha declarado este año como el Año Santo de San Vicente Ferrer.

Ello responde a la conmemoración de la muerte del santo, de la que este próximo 5 de abril se cumplirá el sexto centenario. Por este motivo se ha proclamado el año 2018/2019 como  el Año Santo Vicentino al objeto de dar a conocer la figura histórica de San Vicente y, sobre todo, proponer a los cristianos el modelo de vida de un hombre que siempre estuvo al servicio de Dios y de la Iglesia. El beneficio espiritual del Año Santo es el perdón de los pecados. Para lograrlo, el cristiano debe alcanzar la indulgencia plenaria, viviendo activamente el Jubileo y cumpliendo las disposiciones establecidas por la Santa Sede.

Pues bien, más allá de vuestras creencias, y aprovechando esta fecha tan señalada, desde el blog de la Guía del Turista os proponemos que aprovechéis esta efeméride para hacer una peregrinación a alguna de las iglesias de Sant Vicent Ferrer –o relacionadas con esta figura- que hay repartidas en La Marina. Esta peregrinación, que podéis hacer caminando o de cualquier otra forma, os puede servir de perfecta excusa para visitar los templos jubilares en honor al santo y, de paso, aprovechar para conocer los municipios en los que se asientan.

Las condiciones para obtener la supuesta ‘indulgencia’ eclesiástica exigen, además de la peregrinación a los templos, el cumplimiento de otros mandamientos como la confesión y arrepentimiento de los pecados o recibir la sagrada comunión. No obstante, desde la Guía del Turista os invitamos simplemente a adentraros en las respectivas iglesias y dejaros llevar por su estética, simbología y espiritualidad.

¿Dónde peregrinar para encontrarse con Sant Vicent Ferrer si estás en La Marina?

Uno de los templos jubilares lo encontraréis en l’Adsubia. En la calle Principal de esta pequeña localidad próxima a Pego (norte de la Marina Alta)  hallaréis la Iglesia Parroquial de San Vicente Ferrer. Un poco más hacia el sur, en la Plaça d’Espanya de Teulada, está la Iglesia parroquial de Santa Catalina, virgen y mártir, que también nos puede servir como perfecto escenario de peregrinació. Al terminar, podemos disfrutar del municipio y probar en alguna de sus bodegas colindantes la afamada Mistela hecha con Moscatel de Alejandría.

Ya cruzando el Pont del Mascarat, sobre la Serra de Bérnia, nos adentraremos en la Marina Baixa, cuya capital turística, Benidorm, aloja la  Parroquia de San Jaime, en la Plaza de Castelar. Las prestaciones de Benidorm, a la que ya hemos dedicado varios posts en este blog, invitan a disfrutar y saborear la ciudad tras la correspondiente peregrinación.

Aprovechad el Año Jubilar de Sant Vicent Ferrer para seguir conociendo la Marina, aunque sea desde una perspectiva más introspectiva.

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Iglesias en Denia

Rindiendo culto en Dénia: edificios religiosos para visitar (I)

Como en otros municipios, Dénia cuenta con su propia iglesia. En este caso concreto, la capital de la Marina no sólo cuenta con una sino con varias o, mejor dicho, con tres iglesias y un convento, hablando siempre de la vertiente católica del Cristianismo. De las tres iglesias, dos merecen una visita por su mayor historia y valor patrimonial, como también lo requiere el Convent de Les Agustines, enclavado en pleno centro histórico de la ciudad.

En este post del blog de la Guía del Turista hablaremos de dos de ellas.

La iglesia de San Antonio:

Ubicada en la plaza del Convento, su estructura e interés vienen condicionados por su pertenencia a un conjunto arquitectónico formado por el Convento de San Antonio de Padua, fundación franciscana del siglo XVI que se erigió años más tarde (primera mitad S.XVII) en la plaza. Este conjunto sufrió graves daños tanto en la Guerra de Sucesión como en la Guerra del Francés y la Guerra Civil.Su estado actual corresponde a la remodelación efectuada en el S. XVIII.

La portada es de orden dórico con una hornacina venerada que contiene una imagen moderna de San Antonio de Padua. Esta iglesia es de planta con forma de cruz latina, inscrita en un rectángulo, con una nave y 8 capillas laterales; y el alzado se ordena con pilastras de orden dórico sobre pedestales. En su interior destaca una gran cruz esmaltada con escenas de la Biblia que preside el altar mayor, la cual fue esculpida en 1990 por el orfebre alemán Egino Weiner, artista con diversas obras expuestas en el museo

La Iglesia de Nuestra Señora de La Asunción

De estilo barroco mesurado, la Iglesia de Nuestra Señora de La Asunción data del siglo XVIII. La encontraremos en el epicentro de la ciudad, en la plaza de la Constitución (junto al Ayuntamiento), ocupando el espacio donde antiguamente se asentaba la Capilla de Sant Roc. De hecho, se alza en el lugar donde se hallaba la antigua ermita de San Roque, el hospital y algunas casas. Sufrió importantes daños durante la Guerra del Francés y fue reconstruida en 1939, tras la finalización de la Guerra Civil Española.

Está construida en mampostería y ladrillo, aunque la piedra sillar se emplea en todo el zócalo, y presenta una fachada con dos puertas: la de acceso al templo y la de la “Capella del Roser” o de St. Roc. La construcción se halla cubierta a dos aguas, llamando la atención la cúpula central, cubierta con tejas azules y descansando sobre un tambor octogonal. La planta de la iglesia muestra una contundente cruz latina circunscrita en un rectángulo y la nave se desarrolla en 4 tramos cubierta con una vuelta de cañón con lunetas, además de capillas laterales rematadas con cúpulas circulares. Igualmente sorprende el amplio crucero con cúpula de media naranja y presbiterio de dos tramos flanqueado por dos recintos: una sacristía y la Capilla de la Comunión.

Destaca la imagen policromada de la Asunción, en la hornacina central, y a sus lados, los santos Vicentes –Ferrer y Mártir-patronos de Valencia, así como los frescos de fines del SXVIII o principios del S. XIX presentes en las pechinas de la cúpula y el crucero, que representan a los cuatro Evangelistas y a los Santos Padres de la Iglesia Occidental. En cuanto a orfebrería lo más destacado es la cruz procesional del segundo cuarto del S. XVII.

Ambos edificios merecen una visita para comprobar todos estos elementos descritos y empaparse de la historia de la ciudad. Lugares de culto y con sabor a historia, de la que son testimonios como, antaño, también lo fueron otras dos iglesias que moraban en el interior del castillo, en la conocida como la Vila Vella, aunque éstas (de las que nos quedan algunos restos únicamente) merecen otro post en la web de La Guía del Turista.

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Ocaive (Foto Wikiloc)

De ‘Castellets’ por La Marina: Ocaive

En este nuevo post del blog de la Guía del Turista os proponemos una visita al Castellet de l’Ocaive. Esta pequeña fortaleza, de la que hoy restan en pie algunos muros y estructuras de piedra, tuvo antaño un importante papel, acogiendo a los señores feudales que tenían bajo su dominio gran parte del actual término del municipio de Pedreguer. Su situación geográfica, en lo alto de una peña, permitía divisar cualquier posible intrusión en la zona, por lo que para acceder al mismo habremos de transitar a pie por una bonita ruta senderista que nos permitirá, al mismo tiempo, disfrutar de la naturaleza y practicar un poco de deporte.

La ruta, que parte de Pedreguer, nos permitirá también disfrutar del patrimonio cultural de la zona, en forma de antiguos sistemas de aprovechamiento del agua, así como el trabajo de la piedra en seco. En el camino encontraremos minas de agua, pozos, ribazos, caminos de piedra y otros elementos destacables. Un importante legado que se ha conservado hasta nuestros días, y que nos permite hacernos una idea de cómo era la vida por estas tierras hasta no hace demasiado.

Arrancaremos desde la conocida Ermita de Sant Blai, situada en la parte más alta de Pedreguer. Descenderemos unos metros por el antiguo víacrucis y nos desviamos por una senda que discurre en paralelo a varias canalizaciones de agua, de diferentes antigüedades. Todo ello tras divisar un panel que nos indica el camino a seguir.

Siguiendo el mismo, pasaremos junto a un gran depósito de agua, que recoge las aguas procedentes de Ombrereta, una antigua mina de agua que forma parte de un sistema hidráulico inaugurado en 1887, y que sigue abasteciendo de agua a Pedreguer. Merece la pena detenerse un momento para echar un vistazo al antiguo acueducto, la mina de agua, y leer la información del panel explicativo. En este punto también encontramos una mesa de picnic.

Desde la pequeña zona recreativa de Ombrereta, la senda se vuelve cuesta arriba y comenzamos el ascenso hacia el Castellet de l’Ocaive, situado en lo alto de un pequeño collado. Ya en lo más alto podremos disfrutar de las bonitas vistas.

Tras descansar y contemplar lo que resta de esta antigua y pequeña construcción medieval, regresaremos hasta la bifurcación anterior para comenzar el ascenso que nos llevará hasta el Camí dels Pouets (camino de los pozos), una partida rural que se localiza en la Muntanya Gran de Pedreguer y en la que destacan gran cantidad de aljibes y pozos que hay en  relacionados con la explotación agropecuaria. Como detalle curioso resaltar que durante el siglo XIX y principios del XX hubo un gran auge del cultivo de uva moscatel, para su posterior transformación en pasa. Se calcula que había unas unas 500 casas diseminas por las partidas de Els Pouets y la Font d’Aixa, en término de Pedreguer. El difícil acceso, la escasa rentabilidad y otros motivos, propiciaron el abandono de estas tierras a partir de la segunda mitad del siglo XX.

Ya sólo nos quedará seguir las indicaciones en la misma senda, atendiendo siempre a las bifurcaciones, para regresar a Pedreguer (punto de salida), por el propio Camí dels Pouets

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Dibujo de Dianium de Miquel Ortolà

La Dianium Romana: todo un mundo por descubrir

Capital turística y ciudad gastronómica por antonomasia en la Costa Blanca, la Dénia que hoy conocemos ya fue codiciada y amada por diferentes civilizaciones en el pasado. Una de ellas, quizá de la que menos se ha hablado por estos lares, la romana. Posiblemente porque aún falta mucho por descubrir y por conocer, ya que son relativamente pocas las excavaciones que se han podido efectuar en la anterior Dianium.

Lo que es innegable es que el origen de la actual Dénia, como ciudad, corresponde a  la época romana.  Realmente en sus comienzos fue una colonia helena llamada Hemeroskopeion, pero fueron los romanos los que le dieron el nombre de Dianium, en honor a la diosa Diana. Los textos antiguos hablan de una enorme estatua de la Diosa Diana que se podía observar desde kilómetros mar a dentro, aunque no se han encontrado restos que lo confirmen. Textos clásicos donde se atestigua tambiuén que en el siglo I a. C. las tropas romanas del general Quinto Sertorio establecieron en Dianium una base naval, aprovechando su excelente ubicación.

Una situación geográfica y geoestratégica envidiable, que permitía ya en la antigüedad controlar desde el golfo de Valencia y la costa de Alicante cualquier navío o dispositivo militar que se aproximara, y que al mismo tiempo permitió establecer una base naval de primer orden. Su idiosincrasia estuvo ligada en los comienzos a la figura de Quinto Sertorio, en latín Quintus Sertorius (Nursia, 122 a. C. -Osca, 72 a. C.): un destacado político y militar de la época final de la República romana, célebre por el movimiento antisilano que dirigió en Hispania, que dejó impronta en Dénia. De hecho, hoy día todavía hay una calle  que lleva su nombre.

Durante el Alto Imperio, la ciudad disfrutó de un periodo de esplendor pasando de ser ciudad estipendiaria a tener la categoría jurídica de municipium. Sin embargo, y aunque alcanzó rango de sede episcopal, ya hacia el siglo III d. C. debió sufrir las incursiones de los pueblos germánicos.

Si queréis saber más de la Dianium romana os recomendamos que visitéis el Museu Arqueològic de Dénia, ubicado en lo alto del castillo, concretamente en el denominado Palau del Governador. En él puede observar una sencilla pero muy elocuente colección de piezas arqueológicas que -por centrarnos en las que afectan a la época romana- remiten al esplendor de esta comunidad como municipio de derecho latino (ver, sobre todo, las inscripciones que se guardan en la Sala II del Museo) y como puerto comercial (con notable colección de ánforas de diversas procedencias) desde época de Augusto.

También en el recinto del Castell, hacia el Norte, puede contemplarse una excelente panorámica del denominado Hort de Morand, área aun virgen arqueológicamente y en la que debió tal vez ubicarse el foro municipal.

Dibujo de Miquel Ortolà

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Salazones

Los salazones de La Marina

En La Marina disfrutamos de muchos placeres, entre los cuales se encuentra, sin duda, la gastronomía. Carnes, pescados, arroces, verduras…cocinados bajo las recetas de la tradición y la vanguardia conquistan el paladar de turistas y visitantes, que aprecian la calidad de los restaurantes que predominan en todo el litoral norte de la Costa Blanca.

Entre los manjares tradicionales que ofrecen sus cartas y menús se encuentran los salazones. El atún, la mojama, el bonito o melva (garrofeta), la sardina, el capellán, el mújol, la maruca o corvina…son un auténtica gozada que podemos disfrutar simplemente con pan y aceite de oliva virgen (en nuestra tienda Melicatessen podrás encontrar aceite autóctono de La Marina), acompañado si lo preferís de un poco de tomate.

La salazón procede de nuestra cultura gastronómica y alimentaria. De hecho, es un método tradicional para preservar los alimentos y poder consumirlos durante más tiempo. Se sabe que los antiguos egipcios ya ponían las carnes en salazón para almacenarlas y mantenerlas comestibles durante largos periodos. También hay evidencias de similares usos en la China del tercer milenio antes de Cristo.

Realmente lo que hace la salazón es deshidratar parcialmente los alimentos, lo que también ayuda a reforzar su sabor. Podemos salar frutas y vegetales, aunque lo más frecuente es hacer salazones de carnes y/o pescados. A menudo se suele emplear para la salazón una mezcla de sal acompañada con nitrato sódico y nitrito. Es muy habitual también acompañar la sal con sabores como pimentón, canela, semillas de eneldo o mostaza.

¿Cómo se preparan los salazones en La Marina?

  1. Limpiar las vísceras dejando sólo la carne magra y la espina dorsal.
  2. Se pone una capa de sal de un centímetro de espesor como lecho y se coloca el pescado extendido sobre su superficie. Sobre la capa anterior de pescado se pone otra capa de sal del mismo grosor y se repite la operación obteniéndose diferentes capas de sal y pescado. Finalmente sobre la última capa de sal se pone un peso (Por lo menos la mitad del peso del pescado en salazón)
  3. El producto necesita ahora reposar. Para ello el apilamiento anterior se mantiene semana y media en reposo
  4. Tras el tiempo establecido de reposo se saca el pescado y se lava con una solución de agua y vinagre (al 10%)
  5. Después del correspondiente lavado se pone al aire en un sitio con corrientes de aire pero que no le dé directamente el sol. Según el clima del lugar se deja unos días. En preparaciones como hueva o mojama las capas permanecen en reposo durante 24 horas, para posteriormente lavarlas e introducirlas en prensas que escurren el agua. Tras pasar por el secadero se envasan al vacío.
  6. Por último haremos el secado. Tiene lugar en la secadora, una habitación aislada con extractor de humedad que aplica calor seco (su uso es exigido por sanidad).

 

¡¡Y a disfrutar!! Buen provecho.

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