Rectoria-Segaria

La Rectoria: disfrutar de Segària y su entorno

Si no pertenecéis a la Marina, o no habéis frecuentado mucho esta zona, posiblemente os suene estraño el término La Rectoría. Bajo él se agrupan cinco municipios pequeños pero coquetos, que conviven en un radio de muy pocos kilómetros en un entorno natural con un denominador común: Segària.

Tormos, Sagra, Ràfol d’Almúnia, Benimeli  y Sanet i Negrals. Esos son los nombres de las localidades que se distribuyen a lo largo de Segària, la montaña que domina el centro geográfico de la Marina Alta. La oferta histórica y, especialmente, ecológica y paisajística es el principal atractivo que la Rectoria presenta como alternativa a otras ciudades vecinas de costa.

Un destino ideal para aquellos visitantes que gustan de huir de la masificación del cercano litoral o que busquen compaginar su estancia en las playas con otras actividades que les permitan disfrutar de la cultura y de la naturaleza.  Experimentar  instantes de desconexión y relajación propios del mundo rural y de los espacios naturales es lo que ofrece la Rectoría, que en los últimos años ha mejorado su conjunto de infraestructuras y servicios.

Rutas por el Gegant de Pedra

Conocida como el Gegant de Pedra, Segària ofrece distintas rutas para hacer deporte y disfrutar de la naturaleza. Algunas de ellas pasan, terminan o comienzan en estas poblaciones de la Rectoría, especialmente en Benimeli.

Desde la plaza Mayor de este pequeño pueblo arranca una de ellas, la conocida como ‘La Segària de Benimeli’ (Sendero SL-CV109).  Nos permitirá atravesar pequeños ecosistemas relacionados con el paisaje típico mediterráneo como huertos de naranjos, zona de matorral y escasa vegetación, alguna pinada…y disfrutar con los colores y olores de especies característicos del lugar como el romero, el tomillo, la camomila, el espino,  la coscoja  o el hinojo.

La práctica todalidad de rutas os llevarán cerca de la cumbre de Segària, con un mirador que permite descubrir impresionantes vistas de les Valls interiors de La Marina, el golfo de Valencia, al norte (con Cullera al fondo); el mar Mediterréneo con Dénia y su castillo, al este; y el Montgó y el resto de la comarca hacia el sur, con Pedreguer, Gata de Gorgos y Orba a lo lejos. Incluso, en días claros, se puede avistar la isla de Ibiza.

La ruta de la Segària de Benimeli también os llevará hasta el poblado íbero de Segària y cruzará por un antiguo yacimiento morisco, conocido popularmente como la Cadireta del Rey Moro. Ambos recomendables por su simbolismo histórico.

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Benidorm casco historico

De ruta por Benidorm (I): El casco antiguo

Benidorm, capital turística de la Costa Blanca y emblema de La Marina, es un lugar ideal para disfrutar también en invierno. Este puente próximo de La Constitución o las vacaciones de Navidad, por citar dos ejemplos, son dos periodos en los que desde la Guía del Turista os recomendamos que visitéis  la ciudad y aprovechéis lo mucho y bueno que ofrece. Además, el buen clima, con sol y agradables temperaturas, está asegurado durante todo el año, por lo que es uno de esos destinos en los que cualquier fecha del año resulta adecuada.

En este nuevo post de nuestro blog semanal os planteamos una ruta a pie para conocer algunos de los atractivos por antomasia de la ciudad. Si os parece bien, nuestro punto de encuentro será el casco antiguo, enclavado entre las playas de Levante y Poniente. Concretando más, saldremos desde una de las calles más representativas: el carrer dels Gats (calle de los Gatos), conocida por los numerosos locales de ocio. Todos ellos habitan antiguas casas donde ahora se puede disfrutar de buena música tomando una copa en un ambiente relajado. Un buen lugar para comenzar la tarde o la noche.

A escasos metros de esta calle  encontramos la Cava, una zona de tapeo con muchos barecitos concentrados en una especie de galeria. La Cava enlaza con la mítica calle Alameda, zona de comercios y bares; y por el otro extremo, con el denominado ‘Paseo de la Carretera’, que une las playas de Levante y Poniente. Popularmente es más conocida como la ‘Calle del coño’ porque hace algunos años, cuando comenzaron a visitar la ciudad muchos turistas del norte de España, se oía aquello de: “¡coño, tú por aki!” o “¡Coño!  Qué pequeño es el mundo!…así pasó a ser conocida como la calle del coño. Se trata, en definitiva, de una zona peatonal, llena de comercios de todo tipo (tiendas de moda, zapatos, joyerías…).

Nuestro proximo destino, sin abandonar el casco histórico, será la iglesia de San Jaume, que merece la pena visitar por su destacada arquitectura. Y tras ella, una plazoleta con mucho encanto, estupendas vistas y en la que no suelen faltar (especialmente en verano) una gran cantidad de paradas artesanales y artistas de la zona. Y cerca de allí, si continuamos indagando, unas escalinatas que nos conducirán hacia un estupendo mirador, desde el que divisaremos las dos grandes zonas en las que se divide la ciudad.

Desde allí habremos de dirigirnos hacia la Playa de Levante por la Avenida del Mediterráneo, aunque de este otro recorrido os hablamos en un próximo post de nuestro blog. No dejéis de leernos.

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Tarbena grande

Tárbena: la esencia del paisaje mediterráneo entre las dos Marinas

Entre las dos Marinas, la Alta y la Baja, se sitúa Tárbena. Un acogedor pueblo de montaña al que podréis bien desde Parcent, si accedéis por el norte, o a través de Callosa de Ensarrià, si lo hacéis desde el sur. Aire puro, sólo perfumado por las plantas aromáticas de la sierra, tranquilidad, descanso y el paisaje típico de esta zona del Mediterráneo es lo que nos ofrece Tárbena, que se eleva unos 560 metros por encima del nivel del mar, lo que permite ver el manto blanco de la nieve cubriendo sus calles y casas aunque sea de forma esporádica.

Con esta descripción es fácil pensar en Tárbena como un lugar idóneo para el relax y para disfrutar de la naturaleza a través de rutas de senderismo o en bicleta que os llevarán hacia el Barranc de Les Lletres, donde se esconde una cueva del mismo nombre; el Caserío de Bixauca o el despoblado morisco de Garx, en la solana del Carrascal de Parcent.

Sin embargo, en su patrimonio también destacan algunos elementos que incrementan su atractivo y permitirán completar la visita. Uno de ellos es la iglesia parroquial, declarado declarado de Bien de Relevancia Local por la Generalitat Valenciana. Data del siglo XVIII y  resalta no sólo por la  gran riqueza decorativa en sus bóvedas, sino por el retablo en el altar mayor tallado en madera de cedro real.

Pero sin duda, lo que más se hace ver en esta pequeña población desde el punto de vista cultural y patrimonial es su castillo. De origen musulmán, se localiza próximo a la población, en el cerro Segué, a una altura de 700 metros; y aunque es cierto que está parcialmente destruido, entre los restos existentes se distinguen aún algunas dependencias, en especial la base de una torre y el aljibe, el cual constaba de dos recintos de distinto tamaño.

Tierra de cristianos, de árabes y de mudéjares

Desde este lugar se dominaba el valle y el acceso a Parcent por el Coll de Rates, lo que permitía a los moradores de antaño avistar cualquier incursión tanto de invasores durante las guerras con los musulmanes como, posteriormente, ante la llegada de saqueadores piratas que llegaban a la costa de la Marina procedentes del básicamente del norte de África. Piratas, cristinaos, mudéjares y moriscos. Todos ellos protagonizaron luchas y revueltas en esta zona estratégicamente situada.

Hay noticias de que en abril de 1245 el caudillo árabe  al-Azraq y el infante Alfonso de Aragón firmaron el “Pacto del Pouet” por el cual el árabe se declaraba vasallo del rey Jaume I, entregándole inmediatamente los castillo de Pop y Tárbena. No obstante, Tárbena participó activamente en la revuelta del propio al-Azraq (1248-58), l acual fue sofocada por el rey cristiano, quién como castiglo entregó la fortaleza, el valle, fortificaciones y villas de Tárbena al mudéjar Mohámed ‘Amr ibn Isahq. Poco más tarde éste también se alzó contra Jaume I, brindando  apoyo a los rebeldes de Murcia, lo que provocó su expulsión del Reino de Valencia en el 1268.

Pero el papel de Tárbena como centro de alzamientos contra la reconquista cristina no quedó aquí, sino que su castillo también  fue uno de los focos importantes de la revuelta de Ibrahim (1276-77), lo que terminó con la expulsión de los mudéjares de esta zona Tárbena tras ser sofocada la revuelta.  Fue entonces cuando Pedro el Grande otorgó la carta puebla, según la cual se asentaron cuarenta pobladores cristianos en el valle. Corría el año 1280.

Poco duraron los cristianos en Tárbena, al cabo de poco tiempo el valle volvió a ser habitado por mudéjares. Fue con el decreto de expulsión de los moriscos (1609) con el que el valle de Tárbena quedó totalmente despoblado. Sin embargo, la llegada de pobladores venidos de las Baleares lo que ayudó a reflotar la población, imprimiendo el carácter de las islas a este pequeño núcleo de la Marina.

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Benidorm nocturno

Benidorm: ¡Déjate confundir por la noche!

Playa, sol, tiendas….Benidorm ofrece mucho al turista. Y no sólo por el día: también por la noche. Es una ciudad vibrante, con mucha animación y constante movimiento. Cenar de gourmet o irte de tapas por el casco antiguo, disfrutar de un espectáculo de variedades, escuchar buena música, ver un partido de fútbol de la liga española de la Premier League tomando una pinta con amigos, ver un estreno de cine, salir de copas en un pub de moda (se han contabilizado hasta 160 disco-pubs), bailar hasta el amanecer en alguna de las discotecas de referencia de la Costa Blanca…la oferta es amplia y variada.  Y es que Benidorm se transforma  y reinventa contantemente para ofrecer cantidad y calidad a sus visitantes.

Entre sus principales atractivos, si hablamos de nombres propios, encontramos el Benidorm Palace, un clásico para fiestas y eventos que monta sobre su escenario un auténtico show con las mejores bailarinas internacionales y artistas durante más de dos horas.;  el Benidorm Circus, que ofrece una gran fiesta con músicos, artistas y acróbatas para brindar un espectáculo que combina opera, ballet y rock; o el Casino Mediterráneo, más de 3.600 metros cuadrados de luz y entretenimiento con máquinas de azar, Ruleta Americana, Mesas de Black Jack, Punto y Banco, Poker y Texas Hold´Em; además de una “Zona Juegging” con terminales de apuestas deportivas y grandes pantallas de televisión.

Genuino sabor inglés

Aunque si hablamos de ambiente nocturno en Benidorm, no se puede pasar por alto la conocida popularmente como ‘zona inglesa’ (calles Gerona, Ibiza, Mallorca y Londres) que sumerge al visitante en otro mundo, con decenas de locales donde corre la cerveza y la sidra inglesa, suenan los últimos éxitos de la música disco, música en directo, y gente de todas las nacionalidades se divierten hasta bien entrada la madrugada.

Benidorm es también referente para despedidas de soltero y otras celebraciones en grupo, así como aquellos que buscan los efectos de Cupido. Muchos establecimientos celebran por todo lo alto la llegada de San Valentín. Y para terminar la noche, o vivirla más intensamente, hay que acercarse hasta el Paseo de Levante, la calle Esperanto y la Nacional 332 (en dirección a Altea), donde abren sus puertas la discotecas y los locales de músico con más diversión.

Disfruta la noche de Benidorm. ¡Vívela!.

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BenQ Digital Camera

Una escapada por Llíber: ¿Te apetece?

Atractivo por sus calles y fachadas, Llíber es la más pequeña pero, a la vez, la más coqueta población con las que cuenta la Vall del Pop, en la comarca de la Marina Alta.  Vecina de Xaló, con la que comparte la cultura vitivinícola, Llíber cuenta con una situación geográfica privilegiada, ya que se encuentra protegido por las sierras de Bernia y el Castell de la Solana, y bañado por el río Gorgos.

La iglesia de San Cosme y San Damián, del siglo XIX, es uno de sus principales atractivos tanto por su tamaño como por su trascendencia espiritual y simbólica para los habitantes de esta población. La subida al Calvario, que nos regalará unas fantásticas panorámicas de todos los alrededores del municipio, bien merece la pena. En esos alrededores se incluye, como exponente, el paraje de la Font d’Aixa, que se halla en un estrecho valle entre montañas, recoge numerosas especies de flora que le dan un carácter singular y ofrece al visitante momentos de sosiego.

Además de su arquitectura característica, con una estructura empedrada que por momentos nos traslada hasta la época medieval, Llíber respira uva, pasa y vino. El pueblo está rodeado por cepas de vides que dibujan un paisaje agrícola y de extraordinaria belleza, a sólo un paso del mar. Precisamente la brisa marinera que se adentra hasta la Vall del Pop confieren a estas tierras un carácter especial para el cultivo de los caldos, destacando la producción del conocido y apreciado vino Moscatel.

Esta tradición en el cultivo y elaboración de la uva tiene una rica historia que todavía puede rememorarse a través de los riusraus que se reparten por todo el térmiino del municipio, y que dan lugar a una pequeña pero interesantísima ruta que os recomendamos encarecidamente. Ya sabés que los riuraus son construcciones agrícolas tradicionalede piedra, cuya presencia va íntimamente ligada a esta parte concreta del Mediterráneo español y valenciano. Se caracterizan por sus amplias arcadas en los laterales, donde se deja secar la uva al sol sobre unos cañizos preparados para ese menester.

Pero, en estas tierras de vino, sol y brisa mediterránea también hay lugar para los almendros, que se reparten entre los bancales para proporcionaros un espectáculo sin parangón con la llegada del invierno, cuando llega la época de floración y el campo se viste de rosa y blanco.

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Mercats de la terra

Aproximándonos al kilómetro cero de la gastronomía: Mercats de la Terra

Hace pocas días hablábamos de la excelencia de la gastronomía de la Marina Alta en cuanto a variedad y calidad. Cocina que se desarrolla a caballo entre el mar y la montaña, y tiene como referencias la tradición y la apuesta por un producto de proximidad, también llamado de kilómetro cero. Precisamente a este último queremos referirnos en este nuevo post en el blog de la Guía del Turista, a través de los denominados Mercats de la Terra, donde podéis encontrar cada fin de semana productos ecológicos de La Marina de manos de pequeños productores.

Hay varios enclaves de este tipo. Cada uno con sus particularidades, pero todos ellos con el aroma a tradición, el sello del buen hacer y la naturalidad y proximidad que ofrece este tipo de comercio.  Una forma diferente de hacer turismo rural, a través de la visita a estas poblaciones; cultural, al poder intercambiar impresiones con productores y agricultores que tienen mucho que contar y explicar sobre cómo hacen las cosas; y gastronómico, ya que se pueden comprar, probar y degustar productos de toda clase que a buen seguro os dejarán un gran sabor de boca.

Algunos de estos mercados son:

El Mercat de la Terra de Xaló: Más de 40 paradas de productos relacionados con la agricultura ecológica (tomates, lechugas, huevos, vino, mistela ecológica, jabón… ) y la tradición. Se celebra el primer sábado de cada mes.

El Mercat del Riurau de Jesús Pobre: Puestos de verduras y hortalizas, de coques, postres y otros productos tradicionales de la Marina han encontrado cada domingo un lugar fantástico para dejarse ver: el magnífico riurau de Benissadeví, un espacio tradicional rehabilitado y antiguamente utilizado para producir y conservar la uva-pasa. Un sitio donde es fácil retroceder en el tiempo y reencontrase con la esencia de la tradición. Durante el invierno, el horario del mercado es de 9 a 14 horas.

El mercado “El Cabàs” de Teulada: Productores locales y comarcales  presentan sus productos de manera directa en este original mercado agroalimentario y artesano, que cuenta con 30 puestos y tiene como objetivo fomentar un consumo respetuoso con el entorno. Lo encontraréis en el casco antiguo de Teulada, concretamente en la Plaza de los Porches, el tercer sábado de cada mes, de 10 a 14h.

El Mercat de la Vall de la Gallinera: El segundo domingo de cada mes  (de 10 a 14h.) y en un paraje único de la Marina Alta, donde nacen Les valls del interior, encontraréis esta alternativa de Mercat de kilómetro cero. Artesanía, productos agrícolas…y elaboraciones caseras. Todo a precios justos en un paisaje plenamente agrícola y en sintonía con la naturaleza. Podéis aprovechar la estancia para visitar algunos de sus ocho municipios, hacer alguna ruta de senderismo y comer en alguno de sus buenos restaurantes.

Mercat de Benissa: La Asociación de la Terra de Benissa organiza este mercado tradicional el segundo sábado de cada mes, en horario de 9 a 14h. En la plaza Jaume I encontraréis productos ecológicos y de proximidad, aderezado con música en directo y acompañado de  actividades recreativas para los más pequeños.

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Coca_de_mullador

Buscando el sabor autóctono de La Marina: El Garrofer

Bien sabéis que uno de los atractivos fundamentales que tiene la Marina es su gastronomía. El idilio que sus fogones mantienen con la tradición y el aroma que sus productos y cocina destilan a la tierra y al mar de este punto del Mediterráneo invitan a disfrutar de los muchos y variados platos que pueden encontrarse a lo largo y ancho de las dos Marinas: la Alta y la Baixa.

El proyecto Dénia Tasting Life, cuyo carácter y naturaleza abarca toda la comarca; unido a las muchas citas culinarias que vienen celebrándose a lo largo del año en multitud de municipios de la zona vertebran el buen paladar y alimentan la salud gastronómica del norte de la Costa Blanca.

Un paso más hacia esta voluntad integradora y globalizadora es el nacimietno de El Garrofer, una entidad que tiene como razón de ser y objetivo prioritario el poner en contacto a productores y restauradores de la comarca. Y que tendrá como principal consecuencia la puesta en valor de los productos autóctonos de la Marina, permitiendo a vecinos, turistas y visitantes acceder y disfrutar de todos ellos en muchos bares y restaurantes.

El Garrofer busca, por tanto, que las mesas de los establecimientos hosteleros, de los hoteles e incluso de las mesas particulares de cada casa de la comarca utilicen ingredientes y materias primas cultivadas en esta tierra para conservar y difundir el buen aroma que riega toda la Marina. Hablamos de productos como el aceite y el trigo (ya se ha recuperado su cultivo en algunas zonas de El Montgó),  frutas y verdurascítricos característicos, diferentes variedades de vino (que van más allá del afamado Moscatel) pasas, panes de hogaza y hasta legumbres.

Para ello es fundamental acercar a restauradores y productores, dos colectivos esenciales para garantizar que el producto de proximidad, también llamado de kilómetro cero, se conozca y adquiera el reconocimiento que merece.  Este movimiento, que ahora ha tomado forma y se ha hecho palpable, debe completar la tarea que han iniciado ya los mercados de la tierra, de proximidad, que vienen celebrándose en toda la comarca durante los fines de semana, y que han permitido conectar a productores con consumidores, aunque a pequeña escala.

El papel de un sector tan importante para el turismo como el hostelero/hotelero es esencial para continuar con esta labor divulgativa y posibilitar que los turistas y visitantes disfruten de una experiencia única, más allá del tipo de cocina de cada establecimiento, del reconocimiento social de que pueda presumir cada restaurante o de los precios que baraje su carta.

Una aventura en la que también se ha embarcado el Grupo Melic, como orgullosos exportadores que somos de nuestros atractivos turísticos y excelencias gastronómicas. Y un proyecto que compartimos con todos vosotros a través de estas líneas del blog de La Guía del Turista. Seguiremos informando. Y mientras tanto, y siempre que podáis, disfrutad de los productos autóctonos y tradicionales de La Marina.

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La conquista de Denia por Jaume I

Dénia y Jaume I: la reconquista

Con la conmemoración del Nou de Octubre vuelve a estar de actualidad la figura de Jaume I como rey cristiano que fundó el Reino de Valencia tras derrotar a los musulmanes, que ocupaban estas tierras de la península desde hacía varios siglos. Aunque el capítulo más recordado y celebrado fue la conquista de la ciudad de Valencia, la campaña militar del monarca se extendió por toda la región hasta recuperar para la cristiandad la antigua Taifa de Daniya (como se conocía a la Dénia islámica) y los vastos territorios que aquella comprendía (gran parte del sur de la provincia de Valencia y la totalidad de la Marina Alta, sin olvidar las Islas Baleares, pese a que éstas ya habían sido conquistadas en otra campaña anterior).

No obstante, la reconquista de la Daniya Islámica no fue a través de las armas, sino tras firmar un acuerdo con los musulmanes, lo que permitió al rey de Aragón conquistar de forma pacífica todos estos territorios. El acuerdo se plasmó muy cerca de la actual ciudad de Gandía, concretamente en la fortaleza de Bairén (que no sólo era una plaza militar, sino también un asentamiento casi urbano en cuya fortaleza interior moraban pobladores civiles),  entre mayo y octubre de 1239. Los firmantes fueron el propio Jaume I, como rey de Aragón,  y el último gobernador de la Daniya islámica, Zaén.

Además del castillo de Bairén, otra fortaleza, en este caso la de El Rebollet, tuvo igualmente un papel clave. Al frente de ella estaba  el almirante Carròs, jefe de la flota del rey y personaje con gran importancia en la conquista de Mallorca. Aunque no llegaron a entrar en combate, sus tropas fueron esenciales como elemento disuasorio en caso de posible conflicto bélico, otorgando una seguridad muy importante al monarca durante el proceso negociador.  Ello explica que una de las torres portuarias del puerto dianense, la que controlaba la entrada y salida de embarcaciones -y el consiguiente cobro de impuestos- recibiría el nombre de Encarrós.

La nueva Dénia: La Vila

A raíz de la conquista de Jaume I, la Daniya Islámica pasó a ser la Vila Cristiana. La ciudad cambió notablemente su fisonomía, refugiándose en el interior de las murallas para proteger a la población y los cristianos de posibles ataques de los ‘infieles’. Hoy aún se pueden observar restos de las calles y viviendas de la antigua Vila, fundada alrededor del año 1304, como núcleo de población fundamental en la ciudad. No fue hasta décadas posteriores cuando, de nuevo, comenzaron las edificaciones extramuros y la Dénia que conocemos hoy día puso sus cimientos para comenzar a expandirse de nuevo paulatinamente.

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Vigilando Moraira

Vigilando Moraira desde la torre del Cap d’Or

La escarpada costa de La Marina destaca no solo por su paisaje espectacular de calas, islotes, acantilados y rincones escondidos, sino también por el gran número de pequeñas fortificaciones que se asientan a lo largo del litoral. Aunque algunas como la Torre del Gerro de Dénia (de la que ya hemos hablado en el Blog de la Guía del Turista) podían servir como aljibe, en su mayoría su se trataba de estructuras de vigilancia que permitían vigilar la costa y alertar a la población de la llegada de corsarios, piratas y saqueadores.

Una de ellas, que todavía se alza en pie, es el Cap d’Or, en el término de Teulada-Moraira. Enclavada en el punto más elevado de la península del mismo nombre, esta torre fue construida a finales del siglo XVI, como la gran mayoría. Con 11 metros de altura y siete de diámetro, la torre disponía de dos cañones (ambos fueron descubiertos hace casi 40 años en la playa de El Portet, en la misma Moraira).

Aunque el acceso a su interior está se tapió tras la restauración correspondiente, las panorámicas que se observan desde este estratégico lugar son maravillosas, por lo que os recomendamos su visita. Para llegar a ella simplemente hay que seguir las indicaciones hasta encontrar la ruta senderista que no conducirá al mismo pie de la torre. Para ello deberéis dirigiros primero a la Playa del Portet, en Moraira. Podéis dejar vuestro vehículo poco antes del inicio del sendero local SL-CV51, que arranca al final de la calle Puerto de Alcudia.

Punto estratégico de defensa

Tras el decreto de expulsión de los moriscos en el año 1.609, el puerto de Moraira, dependiente de la villa de Teulada, sirvió como punto de embarque para una gran cantidad de expulsados, procedentes de los valles del interior. A partir de esa fecha la importancia de la torre todavía fue mayor, complementando un grupo de torres vigía junto al propio Fortín de Moraira, dedicadas todas ellas a la vigilancia y control de ataques de los piratas, fundamentalmente berberiscos.

La torre es uno de los muchos encantos que tiene Teulada-Moraira. Aprovechad para disfrutarlos. Es un consejo del blog de la Guía del Turista.

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Altea casco histórico

Altea: disfrutar del color del Mediterráneo

En la Marina, una de las visitas obligadas para cualquier amante de los viajes y el turismo es Altea. Esta joya de la Costa Blanca merece, cuanto menos, un día de visita recorriendo sus calles, descubriendo rincones con encanto, observando panorámicas desde miradores fantásticos…y un centro histórico que destaca por su belleza y singularidad, con un conjunto de fachadas blancas, calles empedradas y empinadas, comercios tradicionales, terrazas con restaurantes…y un ambiente que respira la esencia del Mediterráneo por los cuatro costados.

En el casco histórico encontraremos, entre otros puntos de interés,  el mercado municipal y el ayuntamiento, así como una plaza con una pequeña iglesia, donde antaño se levantaba un convento de franciscanos.  Desde allí arrancan dos itinerarios que nos permitirán alcanzar el corazón de la antigua Altea. El primero de ellos nos conducirá por la Costera del Mestre de la música, desde donde nace una escalinata entre casas encaladas que os llevará hasta el mirador de la glorieta. Desde ahí, a un paso, la plaza de la iglesia, con los restos de un aljibe de la última etapa del Medievo.

Otra opción es elegir la subida por la calle Pont de Moncau, que linda con el interesante bario de la Bellaguarda, donde destaca una plaza que acoge la la reconstrucción de una antigua torre vigía y que conserva también parte de la antigua muralla. La calle Pont de Moncau termina en la  conocida como la Plaza de la Cruz, a cuya izquierda arranca la Cuesta de los Machos donde se encuentra la Fundación Eberhard Schlotter, siempre con exposiciones interesantes, y el Portal Vell.

Ya en pleno centro histórico, cruzaremos el arco que divisaremos en el ala izquierda para subir, a continuación, por una de las arterias principales de la ciudad: la calle mayor, poblada por pequeñas tiendas de artesanía y un gran número de restaurantes con encanto. Os invitamos a seguir escalando para llegar hasta el centro neurálgico: la Plaza de la Iglesia, con un mirador que permite divisar el mar y el parque natural de la Font Gelada, con Benidorm al horizonte y el Puigcampana como vigilante eterno de este conjunto exquisito.

y su mirador. En dicha plaza podréis disfrutar de la Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, el principal símbolo de Altea, con sus dos cúpulas de tejas azules y conocida como “La Cúpula del Mediterráneo”.

Aprovechad para callejear, tomaros algo en alguna terraza o simplemente saborear la esencia mediterránea que domina este punto de una ciudad como Altea.

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