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El Cavall Verd: El último reducto de la resistencia de los Moriscos

Con una altura de 793 metros, el Cavall Verd es una montaña que se sitúa entre los términos municipales de Benigembla y Vall de Laguart, en la comarca de la Marina Alta. Es uno de los macizos más elevados de la provincia de Alicante y su nombre evoca la figura legendaria de un caballo verde que los moriscos esperaron en vano, ante el enfrentamiento contra el ejército de Felipe III. El mismo se produjo a consecuencia de la publicación en 1609 de un edicto de expulsión dictado por el mismo monarca.

Muchos de estos moriscos eran ricos y poderosos puedes habían acumulado gran cantidad de pertenencias, dinero y tierras. Sin embargo el edicto dejaba bien claro que no podían llevarse consigo las mismas, ni tan siquiera esconderlas, bajo amenaza de pena de muerte. Únicamente tenían derecho a cargar el equipaje que fueran capaces de transportar encima. Es más, el documento obligaba a todos los moriscos a abandonar con la máxima celeridad tierras españolas y volver a África, disponiendo únicamente de tres días para llegar a Denia y embarcar,  pues pasado ese tiempo ya no se garantizaba su seguridad.

El Castillo del Pop

En el collado de la montaña de El Cavall Verd se encuentran los restos del Castillo de Pop, uno de los últimos reductos de la resistencia de los moriscos del antiguo Reino de Valencia. La cima del Cavall Verd constituía un enclave perfecto, ya que estaba muy protegido por las montañas y desde aquel punto era fácil comunicarse mediante señales con otros puntos del interior. Además, el puerto de Dénia se encontraba muy próximo, por lo que prácticamente no había un sitio mejor para resguardarse, lo que hicieron mediante la construcción de un castillo: el Castillo del Pop.

Unos 17.000 moriscos acampados en la cima de la montaña del Pop, armados con hondas, piedras y alguna ballesta, se enfrentaron a cinco mil soldados españoles de los tercios de Nápoles y Sicilia que integraban una máquina militar perfectamente pertrechada y armada. Como resultado de aquel combate, el ejército de Felipe III masacró a miles de moriscos y el resto se refugió en los escarpados riscos del Cavall Verd, cima cuyo nombre evoca precisamente la figura legendaria de un caballo verde que esperaron en vano para que los salvara. Allí resistieron unos pocos días sin agua ni alimento hasta su capitulación final.

Con aquella revuelta desesperada, los moriscos de la Marina Alta intentaron oponerse a la decisión de la monarquía española de expulsarlos de la patria de sus antepasados, donde como herederos de la cultura islámica habían vivido durante siglos. Se perdió dos tercios de su población: desde los puertos de Denia y Jávea partieron unos 42.000 moriscos rumbo a Orán en un exilio forzoso y que pasó factura al antiguo Reino de Valencia desde un punto de vista económico, demográfico, social y cultural, suponiendo un duro revés para el Reino de Valencia, en general; y para la Marina, en particular.

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