El carnot

El whisky de los pobres: ¿Una copita de carnot?

En estos días de bondades culinarias y excesos gastronómicos permitid que dediquemos un post del blog de la Guía del Turista a nuestros licores autóctonos, las llamadas bebidas espirituosas de La Marina, llenando la copa con una ella de ellas: el carnot. Y es que estamos de enhorabuena en el grupo Melic, donde con la ayuda de entendidos y expertos en la materia hemos logrado recuperar la receta paranvolver a llenar la botella con el denominado Whisky de los pobres.

Realmente no andamos por estos lares faltos de brebajes singulares y tradicionales. A la conocida  mistela de Xaló y de Teulada, esculpida con el codiciado moscaltel de Alejandría; el herbero de la sierra de Bèrnia o del Montgó (bebida espirituosa basada en hierbas aromáticas expresamente seleccionadas maceradas en una mezcla de anís) se unen otras bebidas típicas de la zona como la casalla (anís seco), sin duda la reina de la fiesta;  el café licor, un clásico importado desde Alcoy al ritmo de los moros y cristianos; la absenta, para valientes; o ese licor anaranjado y muy dulce bautizado como frígola (licor de tomillo que solo puede degustarse en la Marina y en Ibiza).

Junto a ellos, y en la misma mesa de esta tradición popular, debería sentarse el carnot. Prácticamente desaparecido de los bares y tascas actuales, esta bebida preparada sustancialmente a base de hierbas aromáticas de la sierra era muy consumida y valorada. Antaño, su compra y consumo era un clásico de esta zona. De hecho, si tiramos de hemeroteca, podemos consultar un ejemplar del periódico de La Vanguardia con fecha de 17 de agosto de 1969 (domingo).

En la sección Gentes pasadas por agua encontramos un artículo que lleva la firma del gran cronista valenciano Joan Fuster, con un reportaje costumbrista en el que aparece el carnot.  “Un líquido que tiene la consistencia ambarina y transparente del más acreditado ‘scoth’. Un clásico brebaje confeccionado con alcohol y hierbas de la montaña”, escribía Fuster.

La recuperación del carnot, que podéis degustar y comprar en nuestra tienda Melicatessen (en la avenida Miguel Hernández 42, en Dénia) es una buena noticia para todos. Para los amantes del buen comer y del buen beber, para los entendidos en gastronomía, para los aficionados a las bebidas espirituosas, para los que se preocupan para la preservación y difusión de la historia local y todo lo que sabe a tradición, para las viejas generaciones que lo bebieron…y para las nuevas, que tras escuchar de él (o no) ahora podrán hacerlo y comprobar la textura, olor y sabor de esa bebida que tantas historias y anécdotas (que iremos desvelando en próximos posts de nuestro blog) protagonizó a pie de barra. Porque las bebidas espirituosas, licores típicos y autóctonos de nuestra zona no deben quedar en el olvido. Son cultura, son historia, son tradición…y son patrimonio que hemos de compartir y transmitir con las generaciones venideras. Con moderación, por supuesto; pero con orgullo y buen paladar.

Alcemos pues nuestra copa y brindemos por el carnot, el whisky de los pobres… y de los no tan pobres.

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