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La esencia del Benidorm más tradicional

Edificios antiguos, calles empedradas y adoquinadas, arcos de piedra, tabernas tradicionales…aunque no lo parezca, hablamos de Benidorm. La ciudad de los rascacielos, las playas abarrotadas, multitud de hoteles y locales de fiesta ofrece también otra cara distinta con más sabor a pueblo, a historia y a aquella pequeña villa de pescadores que hace sólo algunas décadas ocupaba estaba zona de la Marina.

El centro histórico de Benidorm comienza en Punta Canfali: un acantilado natural de piedras que divide las dos principales playas de la ciudad (Levante y Poniente) y que reúne la esencia de los orígenes como pueblo pesquero. En este rincó  donde hoy hay simplemente un mirador se erigía antaño un castillo, que se construyó en 1325 y fue destruido en dos periodos: En el siglo XV, cuando el pueblo sufrió un ataque de piratas (tras el cual fue reconstruido); y en el Siglo XIX durante la Guerra de la Independencia, tras la cual fue completamente derruido por el impacto de las bombas de los cañones.

Hoy día el Mirador de la Punta Canfali, conocido también como el Balcón del Mediterráneo, es uno de los símbolos de la ciudad tanto por su balaustrada como por sus cercanas vistas al mar, con el Geiser en primer plano. En el mismo lugar que ocupaba el castillo, y donde hasta hace sólo unos pocos años estaba la Biblioteca Municipal, habita actualmente una amplia plaza que acoge en verano a artistas y feriantes artesanos, y que se llena de música y turistas. Los cañones siguen vigilando la plaza como símbolo de lo que un día fue.

Hasta este punto simbólico de la ciudad podremos llegar a través de multitud de calles, todas con un encanto especial: la calle Alameda, la calle Mayor…y, a través de ella, alcanzar la zona de El Callejón, donde se levanta la Parroquia de San Jaime, cuya cúpula azulada constituye una de las fotos más típicas de  Benidorm.

Una calle de paso obligada en esta zona del centro histórico es el Paseo de la Carretera, conocida aún hoy popularmente por la calle del coño, ya que muchas son las personas que encuentran a amigos y conocidos de su lugar de origen (“coño! Tu por aquí!”).

Gastronomía y comercio

El Centro histórico de Benidorm también invita a ir de compras, de pinchos y de copas. Restaurantes, tascas tradicionales y bares para cervecear se combinan con tiendas de souvenirs y comercios tradicionales que han conservado su personalidad pese a la jungla de cristal en la que se ha convertido gran parte de la ciudad. Si hablamos de gastronomía, destaca la presencia de distintas tabernas vascas que, salvando grandes diferencias, nos pueden trasladar los sabores de Bilbao o San Sebastián sin abandonar la Costa Blanca. Para ello habremos de preguntar por la calle Santo Domingo, donde podremos disfrutar de las mejores tapas vascas…y mediterráneas.

Otra opción comercial y no menos original es visitar el rastrillo El Cisne. Se celebra cada domingo y un sábado al mes en  la carretera de circunvalación que se une N-332, en dirección Alfàs del Pi. Otra opción no menos interesante es el mercado de frutas y hortalizas, que podremos visitar los martes y miércoles también en el centro histórico.

 

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