Salazones

Los salazones de La Marina

En La Marina disfrutamos de muchos placeres, entre los cuales se encuentra, sin duda, la gastronomía. Carnes, pescados, arroces, verduras…cocinados bajo las recetas de la tradición y la vanguardia conquistan el paladar de turistas y visitantes, que aprecian la calidad de los restaurantes que predominan en todo el litoral norte de la Costa Blanca.

Entre los manjares tradicionales que ofrecen sus cartas y menús se encuentran los salazones. El atún, la mojama, el bonito o melva (garrofeta), la sardina, el capellán, el mújol, la maruca o corvina…son un auténtica gozada que podemos disfrutar simplemente con pan y aceite de oliva virgen (en nuestra tienda Melicatessen podrás encontrar aceite autóctono de La Marina), acompañado si lo preferís de un poco de tomate.

La salazón procede de nuestra cultura gastronómica y alimentaria. De hecho, es un método tradicional para preservar los alimentos y poder consumirlos durante más tiempo. Se sabe que los antiguos egipcios ya ponían las carnes en salazón para almacenarlas y mantenerlas comestibles durante largos periodos. También hay evidencias de similares usos en la China del tercer milenio antes de Cristo.

Realmente lo que hace la salazón es deshidratar parcialmente los alimentos, lo que también ayuda a reforzar su sabor. Podemos salar frutas y vegetales, aunque lo más frecuente es hacer salazones de carnes y/o pescados. A menudo se suele emplear para la salazón una mezcla de sal acompañada con nitrato sódico y nitrito. Es muy habitual también acompañar la sal con sabores como pimentón, canela, semillas de eneldo o mostaza.

¿Cómo se preparan los salazones en La Marina?

  1. Limpiar las vísceras dejando sólo la carne magra y la espina dorsal.
  2. Se pone una capa de sal de un centímetro de espesor como lecho y se coloca el pescado extendido sobre su superficie. Sobre la capa anterior de pescado se pone otra capa de sal del mismo grosor y se repite la operación obteniéndose diferentes capas de sal y pescado. Finalmente sobre la última capa de sal se pone un peso (Por lo menos la mitad del peso del pescado en salazón)
  3. El producto necesita ahora reposar. Para ello el apilamiento anterior se mantiene semana y media en reposo
  4. Tras el tiempo establecido de reposo se saca el pescado y se lava con una solución de agua y vinagre (al 10%)
  5. Después del correspondiente lavado se pone al aire en un sitio con corrientes de aire pero que no le dé directamente el sol. Según el clima del lugar se deja unos días. En preparaciones como hueva o mojama las capas permanecen en reposo durante 24 horas, para posteriormente lavarlas e introducirlas en prensas que escurren el agua. Tras pasar por el secadero se envasan al vacío.
  6. Por último haremos el secado. Tiene lugar en la secadora, una habitación aislada con extractor de humedad que aplica calor seco (su uso es exigido por sanidad).

 

¡¡Y a disfrutar!! Buen provecho.

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