La Marina continúa sirviendo la gastronomía como plato principal de su oferta turística. La calidad de sus productos, el respeto de la tradición en los fogones, los múltiples eventos que se organizan a lo largo del año y el reconocimiento del que gozan muchos de sus restaurantes no dejan lugar a duda.
A esto contribuye, y mucho, la presencia de tres restaurantes con sede en La Marina Alta cuyo prestigio y distinción sitúan a la comarca, a la Costa Blanca y a su gastronomía en el mapa internacional. Hablamos de tres santuarios gastronómicos como son el Quique Dacosta restaurante (Dénia) Casa Pepa (Ondara) y el restaurante BonAmb (en Jávea). Todos ellos han revalidado hace sólo unos días las Estrechas Michelín (dos, en el caso del restaurante dianense y una, en el caso de los restantes), distintivo de prestigio que otorga la guía gastronómica más importante en el mundo, la Michelín.
En el caso de Quique Dacosta, su restaurante de Dénia presume de estar en la exclusiva lista de los ocho restaurantes que disfrutan en España de las tres estrellas, abanderando una oferta culinaria donde innovación y tradición se dan de la mano. La repercusión internacional de esta noticia es mayor de lo que solemos pensar en nuestra propia comarca, pues el hecho de contar con un restaurante de estas características supone un atractivo de primer orden para muchos turistas, que hacen de la gastronomía una de sus principales razones a la hora de visitar un lugar llevando consigo en el equipaje ese librito rojo donde cada año buscan nuevas sensaciones para sus sentidos.
Estrellas Michelín: Cómo, Quién y Por qué
Hablamos de la importancia y trascendencia de las Estrellas Michelín, pero ¿Cómo se otorgan? ¿Qué criterios se utilizan para concederlos?
La guía Michelin fue creada en Francia en el año 1900 por los hermanos del mismo nombre. André y Edouard Michelin se dedicaban en esa época al negocio del aprovisionamiento del automóvil: combustible, neumáticos, pequeñas reparaciones. Recorrían muchos kilómetros como ‘aprovisionadores de suministros para esta creciente industria y también paraban a repostar el cuerpo, tomando notas de los mejores lugares donde paraban a comer y a dormir. Así fue como diez años más tarde nacía la primera edición de la Guía Michelín de Hoteles de España & Portugal, encuadernada en amarillo, y que se publicó en 1910. Ellos fueron, por tanto, los primeros inspectores Michelín, aunque todavía no concedían los famosos distintivos.
A medida que fueron pasando los años la guía fue creciendo en cantidad, calidad y prestigio, con críticas gastronómicas de los propios clientes, enun principio, y de catadores profesionales, poco después. En la actualidad se ha respetado aquel método de trabajo que arrancó con los propios hermanos Michelín. Mediante visitas anónimas a restaurantes se califica la calidad gastronómica, de la decoración, el servicio y hasta la situación del local.
Para ello, la guía dispone de un elenco de inspectores en cada zona que deben contar con amplios conocimiento en el ámbito de la gastronomía y de la restauración, que comen y cenan cada día en un restaurante de los propuestos y elaboran un informe que será el núcleo de la distinción final. De este modo, la dirección de la guía en París se reserva la potestad para otorgar o no estrellas en función de los informes previos de los inspectores.
Las visitas varían en función de la categoría de la distinción. Los restaurantes propuestos que optan a una estrella reciben cuatro visitas antes de ser galardonados; si optan a dos estrellas recibirán nada menos que diez visitas antes de llegar a la tercera. Y para los que llegan a tres, como el Quique Dacosta Restaurante de Dénia, la presión es mayor puesto que, en teoría reciben la visita no sólo de inspectores de zona, sino también de catadores profesionales allegados de Francia que buscan cerciorarse de la calidad de estos restaurantes superlativos.
Con todo ello, hay que dejar claro que ni Quique Dacosta, ni el restaurante BonAmb ni La Cuina de Pepa representan por sí solos la riqueza culinaria de la Marina, pero el hecho de ocupar un lugar de excepción en la Guía Michelín potencia todavía más el aroma y el sabor que se respira en este lugar del Mediterráneo, donde el cielo gastronómico continúa estrellado.