Moros y Cristianos se han apoderado estos días de la Vila, campo de batalla entre ambos bandos y municipio que se prepara para vivir en los próximos días su fiesta por antonomasia. Sin duda, la contienda festiva entre el bando de la media luna y las tropas de la cruz vive en este punto de la Marina Baixa uno de sus episodios más brillantes.
Así lo viven los habitantes de la Vila y así lo sienten los miles de turistas y visitantes que cada año acuden a disfrutar de esta vibrante celebración que recuerda lo sucedido en en 1538, cuando los piratas berberiscos comandados por Zalé-Arraez intentaron atacar la ciudad. Según cuenta la tradición, Santa Marta acudió en ayuda de los habitantes de la villa, provocando una riada que arrasó los barcos enemigos e impidió que los corsarios llegaran a la costa. Como agradecimiento, el pueblo le nombró su patrona y a ella le dedican todos los años estos festejos, cuyo acto central es la representación del desembarco moro.
Este año, el mismo tendrá lugar en las primeras horas del jueves, tras los extraordinarios desfiles de los bandos moro y cristiano que siempre tienen lugar los días 25 y 26 de julio. Y para ello habrá que madrugar. De hecho, la gente suele acudir sobre las cinco de la mañana a a la playa, donde ya se avistan en el horizonte las embarcaciones musulmanas. En la costa la artillería cristiana, con sus arcabuces, prepara la defensa de la ciudad , aunque no podrá evitar que los navíos tomen tierra, desencadenándose una espectacular batalla en la arena que se prolongará hasta que las moros conquiste el castillo. Sin embargo, por la tarde las tropas cristianas regresarán para reconquistar la fortaleza, tras una negociación fallida que dará lugar a la contienda final.
Un espectáculo de luz y sonido donde no falta la pirotecnia, tambores de guerra ensordecedores, un espectáculo de fuego…centenares de festeros y una treintena de barcos, para brindar un espectáculo que ha sido declarado Fiesta de Interés Turístico Internacional. Aunque no olvides que los Moros y Cristianos de la Vila son también gastronomía, conciertos de música, fuegos artificiales…y una celebración tan singular como arraigada en una ciudad que durante todo el año espera como el comer la llegada de las tropas moras y cristianas. ¡No os lo perdáis!
