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Celebra el Día Internacional de las Montañas en Bérnia

El próximo 11 de diciembre se celebrará en todo el mundo el Día Internacional de las Montañas. La Marina es una de las comarcas más montañosas de toda la Comunitat Valenciana, con varias sierras, parques naturales, picos y pronunciados accidentes orográficos tanto en el interior como en primera línea de mar.

Este año os proponemos disfrutar de señalada jornada en la Sierra de Bèrnia. El Ayuntamiento de Benissa, con la coordinación del Colegio de Ingenieros de Montes y la colaboración de la Diputación de Alicante, ha preparado una ruta circular para ascender a lo más alto de esta sierra emblemática que mide 1.128 metros y que separa las comarcas de la Marina Alta y Baixa.  En Bérnia, entre otros atractivos, podréis visitar el Fuente de Bérnia, una fortificación construida en 1562 por orden de Felipe II para prevenir las rebeliones de los moriscos y defender la costa de los continuos ataques de los piratas berberiscos. En la actualidad todavía quedan en pie lienzos de murallas, construcciones abovedadas, fosos y torreones del fuerte.

El punto de encuentro será la plaza Rei Jaume I, donde a partir de las 8.30 de la mañana se procederá a  la entrega de dorsales  para, posteriormente,  iniciar el ascenso a Bernia, donde se dará lectura de la Declaración del Día Internacional de las Montañas, que buscará hacer llegar un mensaje de esperanza y de sensibilización a favor de las montañas y tierras altas del mundo.

Sebastián Álvaro, director de Al filo de lo imposible

No obstante, y además de la ascensión a Bèrnia, en Benissa se han programado algunos actos paralelos durante todo el fin de semana.  Dos días antes, el viernes 9 de diciembre, se inaugurará la exposición fotográfica ‘Les cultures de la muntanya’; y el  sábado, a las 20 horas, tendrá lugar en la Seu Universitària la conferencia ‘El sentimiento de la montaña, un viaje por la relación histórica del hombre y la montaña’.

Los encargados de ofrecer la charla serán Sebastián Álvaro, periodista que estuvo al frente del programa televisivo ‘Al filo de lo Imposible’, y Ramón Portilla, un reconocido alpinista que también colaboró durante años en ese programa.

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La Vall de Gallinera: la tierra de los cerezos que hizo llorar a un príncipe del Islam

Cuenta la leyenda que al perder los musulmanes sus territorios de la península, el último príncipe musulmán se volvió hacia la Vall de Gallinera para contemplar su horizonte por última vez, pronunciando estas palabras: “No me importa perder un imperio en justa batalla, pero sólo abandonar la Vall de Gallinera puede hacer llorar a un príncipe del Islam”.

Antigua tierra de moros, posteriormente de moriscos (cuya expulsión en 1492 dejó una gran impronta además de distintas rebeliones que obligaron a los tercios de los Reyes Católicos a actuar con contundencia) y actualmente dominada por los cerezos, la Vall de Gallinera constituye un lugar magnífico para perderse unos días…o semanas. Paz, naturaleza, historia, gastronomía, tradición, cultivos, vistas inigualables…y muchos más alicientes son los que se pueden encontrar en esta zona del interior de la Marina Alta.

Sus ocho municipios y 700 personas (muchas más los fines de semana y, sobre todo, en verano) aún conservan la herencia musulmana, que se respira en sus calles, estructuras, paisajes y en el propio prefijo que encabeza el nombre de sus principales poblaciones. De hecho, cada una de ellas constituye en sí misma un casco histórico que esconde un entramado de calles empedradas y retorcidas, casi siempre en ascenso para adaptarse a una orografía complicada, pero donde no faltan fuentes de las que emana agua fresca y pequeñas iglesias que respiran historia y tradición.

En nuestro recorrido, Benirrama debe ser nuestra primera parada. Se trata de un municipio pequeño que respira tranquilidad bajo la vigilancia de un castillo levantado en la alta edad media (siglos XI y XII). Si continuamos nuestra marcha llegaremos a Benialí, aunque poco antes deberemos reparar en la Font de l’Alcudia, que da de beber a un antiguo poblado morisco que responde al mismo nombre, y cuyos restos merecen al menos una parada para descansar y reflexionar.

Hablar de Benialí es hacerlo de un lugar de culto para los hogareños, devotos del Cristo de la providencia, que da nombre a la iglesia. Y de Benialí a Benissivà, donde se recomienda visitar la iglesia de San Miguel Arcángel.

Camino de la Foradà

En nuestro recorrido por la carretera, y tras dejar Benissivà, habremos de divisar unos paneles indicadores que nos llevarán a cruzar la carretera y ascender por una pista de cemento hacia Benitaia. Desde ahí, y tras girar primero a la derecha y posteriormente a la izquierda, tomaremos una pista rural que se inclina entre naranjos y que pasa por un viejo convento donde también podremos coger aire y hacer una parada de avituallamiento para reponer fuerzas y disfrutar del paisaje.

Una bifurcación un poco más adelante nos indicará los dos posibles caminos que llegan hasta la Foradà, el punto más elevado de la Vall de Gallinera que nos permitirá disfrutar de unas vistas magníficas, con el mar al fondo. Antes, habremos pasado por la Cova y Font de Moragues. La Foradà, que reproduce una especie de agujero en forma de gran ojo sobre la roca, es uno de los grandes atractivos de la Vall de Gallinera. Merece la pena subir y relajarse en su explanada mientras se contempla el paisaje.

Ya de bajada, y tras llegar a otra bifucarción, habremos de tomar la situada a la izquierda para visitar otro de los pueblos del Valle, Patró, y de ahí, por distintas pistas de tierra hasta La Carroja, para regresar a Benissivá.

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Alcalalí florece en febrero

Es febrero, pleno invierno, pero la Vall del Pop ya florece. Lo hace gracias a sus campos de almendros, que visten de blanco sus paisajes dibujando una bella estampa que bien podría confundirse con el de un valle nevado.

En Alcalalí son conscientes de esta riqueza paisajística, que influye también la cultura y gastronomía de este municipio de la Vall del Pop. De ahí la puesta en marcha este año del programa Feslalí. Alcalalí en flor.

Se trata de una iniciativa que, por primera vez, ofrece un programa de actividades turísticas y de ocio durante todo este mes de febrero, aprovechando la etapa de floración de los almendros y el producto estrella de Alcalalí, la almendra.

Patrimonio y arquitectura

Feslalí. Alcalalí en flor es una oportunidad para conocer el patrimonio arquitectónico y etnológico del municipio. Ejemplo de ello es la posibilidad de visitar la Torre Medieval, declarada Bien de Interés Cultural, y que podrá visitarse el sábado 6 de febrero de 10 a 14 horas, bien de forma libre o solicitando una ruta guiada. Los visitantes también podrán conocer el patrimonio cultural y natural de Alcalalí a través de las rutas senderistas y ecuestres previstas para varios fines de semana, o descargarse dos rutas de diferente intensidad, diseñadas para la florida de los almendros, de la página de Wikiloc del Ayuntamiento.

Artesanía, fotografía y rock

Otra de las actividades de Feslalí. Alcalalí en flor es la I Maratón Fotográfica, prevista para el domingo 7.  La organización también ha previsto la organización de una Feria de Artesanía. Tendrá lugar el sábado 20 y reunirá a un buen número de artesanos que montarán stands para ofrecer sus creaciones de cerámica, madera, objetos de vidrio y ropa pintada. También habrá productos de alimentación artesana, tales como embutidos, quesos y dulces tradicionales. Para los niños se representarán actuaciones de marionetas y se dispondrán juegos de mesa.

Este mismo día, a las 23 horas, tendrá lugar Rocklalí, un concierto de rock que contará con las actuaciones de los grupos Pepet i Marieta, El Diluvi, La Fumiga y Entreparéntesi. El concierto tendrá lugar en la carpa que se montará en la Avenida Vall de Pop. Precio de la entrada: 5 euros.

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¡Ballena a la vista!

¿Sabíais que el litoral norte de la Marina es una zona idónea para el avistamiento de cetáceos? Aunque no hayáis visto ninguno, podéis estar seguros de ello. Y, según constatan los expertos, no es flor de un día, sino que el paso de los mismos junto a nuestras costas es frecuente durante al menos seis meses al año. Esta característica supone un aliciente para todos aquellos amantes de la naturaleza y qué, entre las motivaciones para elegir un destino de vacaciones, buscan disfrutar de la naturaleza, de su flora y de su fauna.

Si no habéis visto ningún cachalote o delfín, tampoco desesperéis. Posiblemente no hayáis escogido el momento adecuado o, lo más probable, no os hayáis ubicado en el lugar más idóneo para avistarlos. Esto último, al menos, ya tiene solución. Y no será necesario que subáis a la Creueta del Montgó ni que os embarquéis mar adentro, sino que simplemente os deberéis acercar el nuevo punto de observación de cetáceos que el Ayuntamiento de Dénia ha habilitado al final de la playa de Les Rotes, justo después del restaurante Mena.

Además de tratarse de un lugar fantástico  por su altitud y proximidad al mar, cuenta con varios paneles informativos (que incluyen también un código QR) que explican con ilustraciones las especies más características de cetáceos y aves marinas que se pueden divisar desde este privilegiado punto del litoral sur de la ciudad, donde frecuentemente se detecta el paso de ballenas y delfines que migran desde el norte en dirección sur, procedentes en su mayoría del mar de Liguria (en Italia) a donde se dirigen en verano para buscar alimento.

Son muchos los torcuales, cachalotes, calderones o defines que se pueden avistar durante muchos días del año en la costa de Les Rotes, especialmente entre los meses de mayo y septiembre. Así lo confirman los vídeos e imágenes de muchos aficionados, pero sobre todo los responsables del servicio de vigilancia de la reserva marina del Cap de Sant Antoni Martínez, acostumbrados a ver muchos de ellos durante sus horas de trabajo.

Este fenómeno ha llevado a la comunidad científica a fijar en el litoral norte de la Marina Alta un punto para el estudio de estos ejemplares. Distintos biólogos del Oceanogràfic y las Universidades de Valencia y Alicante hace tiempo que han escogido este punto para sus investigaciones, utilizando técnicas novedosas como los hidrófonos o incluso los drones.

Pero, ¿Por qué esta zona y no otras de la costa del Mediterráneo español?

Los biólogos y zoólogos, durante sus estudios, han  lanzado varias hipótesis para explicar esta frecuencia en el paso de cetáceos frente a nuestra costa. Una que cobra mucha fuerza es que los cetáceos frecuentan más de lo pensado nuestras costas al tratarse de aguas ricas en fitoplancton, base del zooplancton que consumen las ballenas.

Tanto si están de paso como si realmente buscan comida en esta zona del Mediterráneo, es indudable que cuando los cetáceos descienden del golfo de Valencia nadan en paralelo a la costa (a sólo 500 o 1.000 metros de la misma) y lo hacen en zonas de muy poca profundidad (15 o 20 metros), por lo que se las puede ver en muchas más ocasiones y durante un periodo más prolongado. Una vez llegan al Cap de San Antoni se sumergen a mayor profundidad y viran mar adentro, por lo que resulta mucho más complicado avistarlas.

Todo ello convierte al litoral sur dianense en una zona privilegiada, completando una oferta turística que, en La Marina, va mucho más allá del sol y playa, y que tiene en la calidad y variedad de los espacios naturales y riqueza medioambiental uno de sus grandes atractivos.

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