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Relleu, la fuerza del interior de la Marina Baixa

Relleu, algo más que paisaje en el interior de la Marina Baja.

De origen siempre agrícola, Relleu asombra por su escarpado territorio.

En el interior de la Marina Baixa, escondido en un valle y vigilado por considerables gigantes como la Serra del Cabeçó (1.207 m.), la Serra de la Grana (1.112 m.), y la Serra de l’Aguilar (de 889 metros de altitud) se encuentra Relleu. Este municipio de interior, que vive a la sombra de capitales costeras como Benidorm, La Vila o Altea debe su nombre (en valenciano significa relieve) a la accidentada orografía que conforma su término municipal, que es al mismo tiempo la que le otorga atributos distintos a aquellos otros municipios, pero igual de atractivos.

De origen siempre agrícola, Relleu asombra por su escarpado territorio, que da lugar a parajes de gran belleza. Entre ellos, el más singular es el pantano del río Amadorio. Construido en 1776 bajo el reinado de Carlos III, tiene una capacidad de 4.337.696 metros cúbicos y, aunque está en desuso, impresiona por la orografía que ha ido dibujando el río a su paso. Otro de los puntos de visita obligada en el recorrido por el término de Relleu es la denominada Patá de Sant Jaume, una huella de pie marcada sobre la roca cuyo origen se atribuye a una supuesta visita que el Apóstol hizo a la población. Se accede al enclave bordeando el cauce del río a través de senderos. La belleza de la zona se ve completada con los tolls o pequeños embalses o donde poderse zambullir en verano, cuando la temperatura del agua lo permite.

Pero Relleu es algo más que paisaje. El casco urbano de la población, empinado y estrecho como los mejores zocos árabes, está muy bien conservado y tiene ejemplos arquitectónicos de notable interés. La Plaza del Sagrado Corazón de Jesús es el epicentro de la vida de Relleu y constituye, al mismo tiempo, el eje de comunicaciones de la población. Otras pistas de su riqueza arquitectónica nos las ofrece el propio Ayuntamiento o la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol. Esta última se erigió en el siglo XVII sobre el antiguo cementerio de la población, para ser demolida a finales del siglo pasado. En 1931 finalizó su reconstrucción.

Sus campanas son uno de los elementos más sobresalientes por su singularidad, ya que son las más antiguas de toda la provincia.

La Casa Fortificada La Garrofera, el Castillo de Relleu, o las Torres de Casa Balde y Vallonga, todos ellos declarados Bienes de Interés Cultural, tampoco desmerecen. Y es que Relleu reivindica la belleza y atractivo del turismo rural de la Marina Baixa, cuya atención se desvía con demasiada intensidad y frecuencia hacia las zonas costeras.

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