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Tàrbena: Turismo rural en La Marina con aroma y acento mallorquín

En 1609 la expulsión de los Moriscos de la península ibérica pasó factura a muchas regiones y municipios españoles. La Marina fue uno de los territorios más afectados, sufriendo una despoblación en algunos casos alarmante. Sin embargo, la repoblación de aragoneses, catalanes y mallorquines, fundamentalmente, permitieron rescatar del olvido algunos asentamientos y zonas

Éste el caso de Tàrbena, un pequeño municipio de montaña situado en la Marina Baixa donde, sin necesidad de coger el barco o el avión, podemos sentirnos muy cerca de Mallorca. La llegada de distintas familias procedentes de ‘ses illes’ (especialmente de municipios como Santa Margalida) en el siglo XVII ha dejado su impronta en este enclave geográfico donde es posible escuchar valenciano con acento balear y la utilización del artículo salado (‘sa’ en lugar de ‘la) o saborear algunos manjares típicamente mallorquines como la sobrasada casera o las ensaimadas.

Hasta Tàrbena acudieron agricultores (‘pagesos’) mallorquines para ocupar y trabajar las fértiles tierras y cultivos que los moriscos se vieron obligados a abandonar. Con su esfuerzo, su integración y carácter, han labrado un pueblo con un encanto casi único. Y es que, aunque se trata de pequeño municipio de aproximadamente 700 habitantes. Tàrbena cuenta con algunos elementos dignos de ser visitados:

-La iglesia: Situada en la plaza, la Iglesia de Santa Bárbara, iniciada en 1721 tiene rasgos barrocos en su bóveda, y es llamativa por la belleza y la riqueza de sus decorados.

-El castillo de Tárbena: Hablamos de una fortaleza de origen musulmán, si bien la mayoría de sus elementos pertenecen a reformas cristianas. Lo encontraremos en el cerro Segué, a una altura de 700 metros de altura. Su situación, como la de casi todos los castillos, no responde al azar, sino a una cuestión estratégica ya que desde este lugar se dominaba el valle y el acceso a Parcent por el Coll de Rates.

-Además de la iglesia o el castillo, si nos queda tiempo también podemos visitar el Museo Etnológico, que nos permitirá conocer las tradiciones y formas de vida de los habitantes de Tàrbena a lo lo largo de los años.

Patrimonio rural y senderismo

Además de visitar el castillo o comernos un buen arroz con judías o un suculento potaje (platos característicos de la gastronomía de Tàrbena junto a sobrasadas y ensaimadas), este enclave montañoso cuenta entre sus principales alicientes con dos rutas para la práctica del senderismo, que nos permitirán disfrutar al mismo tiempo de un entorno privilegiado, de un paisaje típicamente mediterráneo y un patrimonio rural casi envidiable, gracias a un legado de arquitectura rural donde predominan masías, corrales, riu-raus,  abancalamientos de piedra en seco, fuentes y otros elementos propios de ese entorno.

Por un lado tenemos la ruta circular Tárbena-Font des Olbis, que nos llevará por un paisaje lleno de sabinas y parajes tan pintorescos como el de “sa muntanya” con panorámicas de la Vall de Tárbena. La caminata, de dificultad media, nos llevará hasta la Font des Olbis.

Otra opción no menos interesante es la ruta Tàrbena-Picassàries, que nos conducirá por las alquerías de la vall de Tàrbena, alcanzando varias fuentes como la de Benissalim, el Tossal de Sant Bàrbera  y la font des Tarongeret. La llegada a la alquería de Picassàries nos recompensará con unas magníficas vistas de la sierra de Ferrer.

 

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