Fondos arenosos, praderas de posidonia, calas fantásticas, grutas submarinas, pecios que se han convertido en refugio de gran cantidad de especies de flora y fauna…la Marina Alta es un paraíso para los amantes del buceo por las excepcionales condiciones que presenta.
Opciones y rutas hay muchas, incluso para aquellos más precavidos que se conformen con hacer un poco de snorkel en sus ratos libres. También hay distintos clubes que permiten iniciarse en el mundo del submarinismo, con clases básicas y bautismos de buceo, o facilitar inmersiones para aquellos más experimentados bajo el agua, que requieren apoyo técnico y soporte humano.
A continuación, y tomando como referencia el libro “Buceo en la Costa Blanca” de Rafa Martos, os resumimos algunas de las rutas más destacadas de este apasionante y emergente deporte náutico:
-En el norte de la Marina Alta, en la playa de Les Marines, podemos disfrutar con La Barra. A un máximo de 15 metros de profundidad (por lo que puede ser perfecta para principiantes) se halla una pradera de posidonia con rocas donde hallan cobijo langostas, corvinas, pulpos o escorpas.
-Más hacia el sur, a unas 2,6 millas desde el puerto de Dénia (rumbo nordeste) descansan los restos de unos 45 metros de eslora que se hundió a finales del siglo XIX y que es comúnmente conocida como “El Vaporet”. La considerable profundidad, la presencia habitual de corrientes y la eventual reducida visibilidad aconsejan realizarla sólo en condiciones óptimas y por buceadores experimentados del máximo nivel. Para acceder a esta ruta es necesario hacerlo con una embarcación. Congrios, langostas o bogavantes pueden ser vistos en este paraje.
-Hacia el litoral sur dianense, al final de Les Rotes, se localiza la zona llamada como El fresquito. Una sencilla ruta de dificultad baja con rocas y un fondo arenoso donde es posible observar pulpos, alguna raya, bonelias y alguna morena. Con suerte también se puede encontrar alguna raya.
-Muy cerca de allí, también en aguas de la Reserva Marina del Cap de Sant Antoni, se encuentra otra de las rutas propuestas: La Cullerà. Una cueva situada a 9 metros de profundidad donde se pueden observar cigarras de mar, corvinas y algún congrio. La cueva se introduce unos 50 metros hacia el interior de la montaña y se forma una burbuja de la que se puede salir si se sigue la luz del mar abierto. Para bucear en este precioso enclave se necesita un permiso previo que debe otorgar la Conselleria y que suelen gestionar las escuelas de buceo. Sólo se puede acceder a ella mediante embarcación.
Foto: Rafa Martos