En la Marina, una de las visitas obligadas para cualquier amante de los viajes y el turismo es Altea. Esta joya de la Costa Blanca merece, cuanto menos, un día de visita recorriendo sus calles, descubriendo rincones con encanto, observando panorámicas desde miradores fantásticos…y un centro histórico que destaca por su belleza y singularidad, con un conjunto de fachadas blancas, calles empedradas y empinadas, comercios tradicionales, terrazas con restaurantes…y un ambiente que respira la esencia del Mediterráneo por los cuatro costados.
En el casco histórico encontraremos, entre otros puntos de interés, el mercado municipal y el ayuntamiento, así como una plaza con una pequeña iglesia, donde antaño se levantaba un convento de franciscanos. Desde allí arrancan dos itinerarios que nos permitirán alcanzar el corazón de la antigua Altea. El primero de ellos nos conducirá por la Costera del Mestre de la música, desde donde nace una escalinata entre casas encaladas que os llevará hasta el mirador de la glorieta. Desde ahí, a un paso, la plaza de la iglesia, con los restos de un aljibe de la última etapa del Medievo.
Otra opción es elegir la subida por la calle Pont de Moncau, que linda con el interesante bario de la Bellaguarda, donde destaca una plaza que acoge la la reconstrucción de una antigua torre vigía y que conserva también parte de la antigua muralla. La calle Pont de Moncau termina en la conocida como la Plaza de la Cruz, a cuya izquierda arranca la Cuesta de los Machos donde se encuentra la Fundación Eberhard Schlotter, siempre con exposiciones interesantes, y el Portal Vell.
Ya en pleno centro histórico, cruzaremos el arco que divisaremos en el ala izquierda para subir, a continuación, por una de las arterias principales de la ciudad: la calle mayor, poblada por pequeñas tiendas de artesanía y un gran número de restaurantes con encanto. Os invitamos a seguir escalando para llegar hasta el centro neurálgico: la Plaza de la Iglesia, con un mirador que permite divisar el mar y el parque natural de la Font Gelada, con Benidorm al horizonte y el Puigcampana como vigilante eterno de este conjunto exquisito.
y su mirador. En dicha plaza podréis disfrutar de la Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, el principal símbolo de Altea, con sus dos cúpulas de tejas azules y conocida como “La Cúpula del Mediterráneo”.
Aprovechad para callejear, tomaros algo en alguna terraza o simplemente saborear la esencia mediterránea que domina este punto de una ciudad como Altea.