La tradición gastronómica de Dénia, ejemplificada en estos días por su riqueza culinaria, excepcional materia prima y amplísima oferta de restaurantes para todos los gustos y bolsillos tiene una explicación casi milenaria. Podríamos suprimir el casi y tampoco estaríamos faltando a la verdad, ya que fueron aquellas primeras civilizaciones que se asentaron en la ciudad las que importaron a Dénia y a la Marina productos y formas de cocinarlos que se han ido conservando siglos y generaciones después.
Íberos, fenicios, romanos, visigodos, árabes…todos pasaron por Dianium, Daniya o, más recientemente, por la Vila y luego ciudad de Denia, dejando su impronta en una población que ha ido enriqueciéndose gracias a las aportaciones y cultura de todos estos pueblos milenarios. La gastronomía, en este sentido, no es una excepción.
Porque, si los íberos ya cultivaban vino en la Punta de Benimaquía, en el mismo Montgó, los fenicios, como buenos comerciantes, importaron aquí su saber para conservar el pescado fresco mediante la técnica de la sal, dando lugar a toda una tradición de salazones y adobos que se fueron transmitiendo de generación en generación y que constituyen la expresión de los sabores del mar. La melva, el bacalao, las anchoas o algunos derivados del atún como la mojama o el sangacho bien lo saben, sin olvidar los escabechados de Jurel (sorel), caballa, bonito o sardinas.
Especies de secano que son referencia hoy día en La Marina Alta como el olivo, el almendro, la vid u otros frutos secos vinieron de la mano de las galeras romanas, que también importaron hasta el municipium de Dianiumgran cantidad de salsas, salazones y derivados del pescado como el garum, muria, hallec, etc.
Aunque para influencia, la de los árabes, que fundaron Daniya (reino de Taifa dominador de un vasto territorio que se extendía más allá de las Baleares) y la llenaron de aromas gracias a sus especias, múltiples infusiones, extraordinarios dulces y una gran cantidad de manjares procedentes de cultivos hasta entonces desconocidos para los moradores de estas tierras, pero que son emblemas hoy día del campo valenciano, caso del arroz o la naranja.
Visigodos, repobladores cristianos del norte y de las Baleares, moriscos, mudéjares…todos ellos aportaron a nuestros antepasados la manera de entender la cocina en este rincón del Mare Nostrum, donde comer es mucho más que un modo de subsistencia, convirtiéndose en un arte, un placer para los sentidos. Un modo de vivir y disfrutar la vida en familia, con amigos…pero siempre alrededor de una buena mesa llena de buenos productos, aquellos que podréis encontrar en nuestros restaurantes.
Por algo hablamos de Dénia, Ciudad Creativa de la Gastronomía, y un proyecto comarcal: Dénia&MarinaAlta Tasting Life!