Museo del mar

Tesoros del mar…de Dénia y en Dénia

Si vais caminando por el paseo puerto, pegados al mar, os percataréis de que el antiguo edificio de la lonja de pescado ha abierto nuevamente sus puertas. La diferencia es que, en lugar de acoger la tradicional subasta de pescado o la venta del género fresco del día pescado por las barcas dianenses, ahora el recinto está ocupado por ánforas, fotografías, vitrinas con objetos antiguos, restos arqueológicos, pantallas y paneles explicativos. Sin embargo, el mismo elemento cohesiona el contenido de antaño con el actual: el mar.

Y es la vieja lonja, tras meses de rehabilitación, acoge desde hace pocas semanas, la muestra ‘Tresors de la mar de Dénia’. Una exposición temática permanente en un 80% con mäs de un millar de piezas relacionadas con la arqueología y la etnología, muchos de ellos recuperados del fondo de las aguas. Todas ellas ayudan a comprender la estrecha e íntima relación que tiene Dénia con el Mediterráneo. Destaca, justo a la entrada una notable colección de ánforas (más de 40) que servían para transportar el vino y el aceite en los navíos romanos. Y entre ellas,  la pieza más antigua de la exhibición: un ánfora masaliota del siglo VI en la que se transportaba vino.

El 20% restante de la exposición está integrado por una colección fotográfica y una sala audiovisual en la que se realizarán proyecciones y se presentarán pequeñas exposiciones. Durante el verano se podrá ver un documental sobre la historia del Pòsit de Dénia, pero la intención es que con el tiempo se vayan incorporando otras propuestas.

Además de las recuperadas en pecios y yacimientos subacuáticos, la muestra resulta especialmente curiosa porque gran parte de los objetos exhibidos corresponden a donaciones que muchos vecinos han hecho a lo largo de los años pero que no habían podido ser expuestas en por falta de un lugar específico. El repaso por la historia finaliza con una colección fotográfica de Emilio Oliver Morand, de 1915 aproximadamente.

Y nuestro recorrido a lo largo de estas fantásticas instalaciones nos permitirá observar también todo un conjunto de interesantes maquetas de barcos y navíos de diferentes periodos históricos, pero que en su mayoría fondearon en estas aguas durante épocas pasadas.

Por su ubicación, privilegiada, y las características de espacio y luminosidad del local, esta muestra se convertirá sin género de duda en un referente para residentes y turistas. No os perdáis la exposición. Cien por cien recomendable. Y no tengáis prisa cuando la visitéis. Disfrutarla.

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Museo chocolate Vila

La Vila…y su fábrica de chocolate

Sus orígenes marineros, sus playas, sus singulares fachadas de colores frente al mar…hablamos de la Vila. Pero, si por algo es conocida la capital administrativa de la Marina Baixa es también, y en gran medida, por su tradición chocolatera. Allí reside una de las marcas de referencia en el sector, Chocolates Valor. Su trayectoria, productos y buen hacer se pueden obsevar con detenimiento en el Museo del Chocolate Valor, cuya visita os recomendamos desde el blog de La Guía del Turista.

Creado en 1998 y reconocido por la Generalitat Valenciana en 2008 como Museo Valenciano del Chocolate, sus instalaciones dan a conocer el proceso de elaboración de este rico alimento, su conservación e investigación. Posee además una de las mejores colecciones de maquinaria de esta industria chocolatera.

Se ubica en el que, antaño, fue sede de la pequeña fábrica familiar. De hecho, el museo permite al visitante recorrer los 500 años de historia de este alimento, desde los tiempos en que el cacao se molía en piedra hasta la actualidad. El recorrido por dentro de la fábrica se realiza por una pasarela alta y acristalada que bordea las instalaciones y a la que se accede mediante una escalera. A continuación van sucediéndose toda una serie de paneles explicativos que ilustran al visitante sobre los orígenes, las variedades de cacao existentes, su introducción en España y los utensilios empleados a través de los siglos para su consumo.

Las imágenes del chocolate fundido se entremezclan con el olor a cacao y el sabor a tradición, en una sucesión de  tabletas, onzas, bombones, cacao en polvo y otros tantos productos que harán al visitante la boa agua. Entre las dependencias visitables se incluye igualmente un pequeño jardín en el que se podrá observar la existencia de auténticas plantas de cacao –en una especie de invernadero- así como algunas piezas de maquinaria que se empelaban años atrás en la elaboración de los productos chocolateros, caso de tipos de moldes antiguos para elaborar tabletas, huevos de pascua, bombones… Y junto a ellos una gran cantidad de anuncios, etiquetados, fotografías antiguas, etc .

La zona de envasado también se puede visitar, así como una pequeña exposición de la evolución del logo de la marca, de etiquetas y algunas esculturas completaban la visita. La visita concluirá en la tienda, donde se suele ofrecer una pequeña degustación de diferentes tipos de chocolates.

En suma, un auténtico placer para los sentidos.

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playa calpe

Baños de sol en la Marina: Las playas y calas de Calpe

Aunque es mayormente conocida por el Peñón de Ifach, el municipio costero de Calpe es uno de los principales núcleos turísticos de La Marina. Sus más de13 km de costa, en la que se reparten con 14 playas y calas, así como su oferta gastronómica y de servicios convierten a Calpe en un referente en la zona sur de la Marina Alta.

En Calpe podréis elegir entre playas kilométricas de arena fina y dorada, pequeñas calas de arena o costas vírgenes de rocas con acantilados. Sin duda entre su oferta playera destacan, por encima del resto, el Arenal-Bol y La Fossa-Levante. La naturaleza urbana de ambas y su extensión kilométrica las hacen ideales para pasear relajadamente, o disfrutar de los deportes y actividades náuticas.

No obstante, si indagamos un poco más podremos hallar otras zonas de baño más tranquilas pero igual o más atractivas. Y es que la oferta de calas que encontramos en Calpe constituye también uno de sus principales alicientes, siendo lugares perfectos para la práctica del submarinismo, los deportes náuticos o simplemente relajarse y dejar pasar el tiempo escuchando el sonido del mar.

Aquí os dejamos algunas de ellas. Simplemente se trata de buscarlas y disfrutarlas:

Cala del Morelló

¿Quién dijo que no puede haber calas urbana? Como ejemplo está Cala Morelló. Situada en el paseo marítimo Infanta Elena, junto a la Torre del Molí o del Morelló (S. XIX), esta pequeña pero nostálgica cala nos transportará a tiempos pasados. De hecho, allí encontraremos  los conocidos Baños de la Reina, una estructura de época romana que siglos atrás albergó una antigua piscifactoría y unas termas.

Cala La Manzanera

En un entorno seductor se esconde La Manzanera. Enclavada junto al anfiteatro natural que da nombre a esta misma cala, nos permitirá disfrutar de las vistas de los edificios del arquitecto Ricardo Bofill, que fueron modelo de la arquitectura avanzada de los años 70 por su colorido y concepción geométrica.

Cala Gasparet

El acceso por mar es el único modo de llegar a esta pequeña y tranquila cala natural de grava y cantos rodados,  que tiene como fondo la alargada silueta de la Sierra de Toix. Muy recomendable.

Cala El Collao

Hacia el sur de Cape encontraremos la cala El Collao, Al igual que Gasparet, sólo podremos acceder a ella por mar, aunque el esfuerzo valdrá la pena. Sus  70 metros de longitud y su  entorno natural único a hacen especialmente recomendable para la práctica del buceo y la pesca. No dejéis de visitarla.

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