Mirador del Coll de Rates

Caminando por la Marina: De Alcalalí al Coll de Rates

Hay muchas formas de recorrer La Marina. Una de ellas es caminando, a través de sus numerosas rutas de senderismo. En este nuevo post de la Guía del Turista os invitamos a que nos acompañéis hasta la Vall del Pop para darnos un paseo que nos lleve desde Alcalalí hasta el Coll de Rates, desde donde disfrutaremos de unas bonitas panorámicas. La ruta es de poco más de 10km. y se puede hacer en unas 3 horas y media.

La ruta parte de la plaza del Ayuntamiento de Alcalalí. Tomaremos la calle Ravalet y al final de la misma giraremos hacia la derecha para alcanzar el río Xaló. A los pocos metros nos desviaremos a la izquierda para cruzar el mismo, frente a una gran balsa, y seguiremos nuestra ruta por una pista asfaltada que recorre campos de naranjos, almendros, olivos y vides. Llegaremos hasta un cruce. En este primero, deberemos seguir por la izquierda, pero cuando nos topemos con una segunda intersección, giraremos a la derecha, continuando siempre por la vía principal. Un algarrobo sostenido por un pilar de piedra nos indicará que el camino es correcto.

Más tarde dejaremos una pista de tierra a la derecha y proseguiremos recto hasta llegar al inicio del Camí de Tàrbena indicado con una señal vertical. Nuestro recorrido seguirá por esta antigua vía de comunicación para iniciar progresivamente el ascenso. Tras 1’5km. de subida, y tras llegar a la cima, nuestra ruta enlazará con el PR CV158 El Carrascar de Parcent, que nos llevará hasta uno de los principales puntos de interés: el mirador del Coll de Rates, un paso que comunica les Valls del Pop i de Tàrbena que históricamente fue frecuentado por bandoleros. El mirador nos permitirá disfrutar de unas vistas fantásticas.

Cuando hayamos descanso,  iniciaremos el descenso por la misma vía. La senda, conocida como el Camí de les Revoltes o de la Pansa, nos permitirá observar los escalones de piedra que, antaño, facilitaban el tránsito de la gente entre los pueblos de Tàrbena y Alcalalí a pie, en burro o mula. Durante el descenso podremos observar el perfil de la población de parcent así como percibir los aromas de algunas especies típicas del Mediterráneo como el romero, el tomillo o el brezo.

Enlazaremos con el Camí dels Pous, dejando atrás uno de los pozos que da nombre al camino y llegaremos finalmente a la carretera, para girar a la derecha en dirección hacia Alcalalí hasta llegar al Camí dels Molins. Por este último habremos de seguir durante un trecho, con la única compañía de naranjos y almendros a ambos costados, hasta llegar a la ermita de San Joan Mosquera, que formaba parte de una antigua alquería morisca. Una vez aquí habremos de continuar en dirección Alcalalí a través del camino inicial.

¡No olvidéis llevar calzado cómodo, protección solar y una mochila con agua y algo de comer!

Aquí tenéis más información de la ruta.

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benissa

Descubriendo Benissa… ¡y disfrutándola!

De topónimo árabe, como muchos otros municipios de La Marina, Benissa es uno de los lugares más singulares e interesantes de la Costa Blanca. Su enclave geográfico, a medio camino entre el mar y la montaña, abren al turista un amplio abanico de posibilidades para disfrutar de sus paisajes de manera relajada o a través del turismo activo. Y es que con la Sierra de Bérnia a un paso, el municipio se distingue también por sus cuatro kilómetros de litoral, con playas características en forma de calas y aguas transparentes que invitan a la práctica de gran cantidad de deportes náuticos o a recorrer sus senderos y acantilados a través de distintas rutas a pie.
Sin embargo, en este post del blog de La Guía del Turista queremos invitaros a saborear lo que es propiamente el municipio y su fisionomía recorriendo su centro histórico, descubriendo parte de la rica historia de Benissa, que pese a su desarrollo económico y prosperidad todavía conserva ese aroma a tradición, que bien representan algunos de sus monumentos más singulares.
Recorrer su casco histórico, perfectamente conservado, es regresar a la Edad Media, con edificios como la Lonja de la Constitución, del siglo XV; palacetes renacentistas; la Catedral neogótica de la Marina y la calle Desamparados, llena de casonas con rejas de hierro labrado. Callejuelas empedradas, muros centenarios y vetustas casas señoriales nos trasladan pues al Medievo, aunque nos detendremos básicamente en cuatro de sus máximos emblemas:
Qué visitar en Benissa
La Iglesia de la Puríssima Xiqueta es uno de los su mayores símbolos. Es la patrona de la localidad y a quién los benisseros sacan en procesión el cuarto domingo de abril durante la celebración sus fiestas patronales, en lo que se conoce como La baixada de la Puríssima. Considerada como la Catedral de la Marina, destaca por su estilo neogótico, con tres naves y un altar donde destaca el relicario que contiene la tablilla pintada con la imagen de la Puríssima Xiqueta, atribuida a la escuela del pintor Juan de Juanes.

-Otro de los emblemas de Benissa es su Ayuntamiento, ubicado en la Plaza del Portal. Ocupa el al antiguo edificio del Hospital Municipal, erigido en 1790 para la atención a los enfermos y como albergue de pobres y necesitados. En 1981 se convirtió en Casa Consistorial después de realizar una profunda rehabilitación.
En cuanto a dicha plaza, debe su nombre al hecho de que antaño se encontraba allí una de las puertas que daba acceso al recinto amurallado de la población. En el centro habrá que recabar en la presencia de una Cruz de piedra tosca, construida en 1974, que recuerda la primitiva Cruz de Término (Monumento en forma de cruz que sirve para indicar el lugar donde finaliza el término de una villa o ciudad) que allí se alzaba.

-El tercer monumento en importancia es la Sala del Consell, construida a finales del siglo XVI y que sirvió como almacén para la contratación y venta del trigo, comercio que era trascendental en época medieval. También fue utilizada como Casa de la Villa (lo que hoy sería el Ayuntamiento) alojando en sus estrechas salas al Consejo, el archivo, la prisión y los cargos administrativos de la época. Ya en el siglo XX sirvió como escuela unitaria (de Primeras Letras y Academia de Bachillerato).

-Por último habrá que disfrutar de los alrededores de la antigua Iglesia-Fortaleza de San Pedro y, especialmente, de las casas señoriales que se aprecian a lo largo de la calle Puríssima. Todas ellas datan del siglo XVIII y constituyen lo que hoy se conoce como la Sede de la Universidad de Alicante en la Marina Alta, con una amplia oferta formativa.

Entre ellas una de las más interesantes es la Casa de los Andrés, el único palacio urbano entre medianeras de la Benissa de ese periodo de gran auge económico entre finales del siglo XVIII y principios del XIX. Esta bella vivienda es considerada como uno de los ejemplos más representativos de Casa Señorial de la comarca de la Marina y es paradigma de la construcción civil valenciana de ese periodo histórico.

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Dénia gastronómica: Un origen rico y con fundamento

La tradición gastronómica de Dénia, ejemplificada en estos días por su riqueza culinaria, excepcional materia prima y amplísima oferta de restaurantes para todos los gustos y bolsillos tiene una explicación casi milenaria. Podríamos suprimir el casi y tampoco estaríamos faltando a la verdad, ya que fueron aquellas primeras civilizaciones que se asentaron en la ciudad las que importaron a Dénia y a la Marina productos y formas de cocinarlos que se han ido conservando siglos y generaciones después.

Íberos,  fenicios, romanos,  visigodos,  árabes…todos pasaron  por Dianium, Daniya o, más recientemente, por la Vila y luego ciudad de Denia, dejando su impronta en una  población  que  ha  ido  enriqueciéndose  gracias  a las  aportaciones  y cultura de todos estos pueblos milenarios. La gastronomía, en este sentido, no es una excepción.

Porque, si los íberos ya cultivaban vino en la Punta de Benimaquía, en el mismo Montgó, los fenicios, como buenos comerciantes, importaron aquí su  saber  para conservar  el  pescado fresco  mediante la  técnica de la  sal, dando  lugar  a  toda  una  tradición  de  salazones  y  adobos  que  se  fueron transmitiendo de generación en generación y que constituyen la expresión de  los  sabores  del  mar.  La  melva,  el  bacalao,  las  anchoas  o  algunos derivados del atún como la mojama o el sangacho bien lo saben, sin olvidar los escabechados de Jurel (sorel), caballa, bonito o sardinas.

Especies de secano que son referencia hoy día en La Marina Alta como el olivo, el almendro, la vid u otros frutos secos vinieron de la mano de las galeras romanas, que también importaron hasta el municipium de Dianiumgran cantidad de salsas, salazones y derivados del pescado como el garum, muria, hallec, etc.

Aunque para influencia, la de los árabes, que fundaron Daniya (reino de Taifa dominador de un vasto territorio que se extendía más allá de las Baleares) y la llenaron de aromas gracias a sus especias, múltiples  infusiones,  extraordinarios  dulces  y  una gran  cantidad  de manjares  procedentes  de  cultivos  hasta  entonces  desconocidos  para  los moradores  de  estas  tierras,  pero  que  son  emblemas  hoy  día  del  campo valenciano, caso del arroz o la naranja.

Visigodos, repobladores cristianos del norte y de las Baleares, moriscos, mudéjares…todos  ellos  aportaron  a  nuestros  antepasados  la  manera  de entender  la  cocina  en  este  rincón  del Mare  Nostrum,  donde  comer  es mucho  más  que un  modo  de  subsistencia, convirtiéndose en  un  arte,  un placer para los sentidos. Un modo de vivir y disfrutar la vida en familia, con amigos…pero siempre alrededor de una buena mesa llena de buenos productos, aquellos que podréis encontrar en nuestros restaurantes.

Por algo hablamos de Dénia, Ciudad Creativa de la Gastronomía, y un proyecto comarcal: Dénia&MarinaAlta Tasting Life!

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benidorm-tradicional

La esencia del Benidorm más tradicional

Edificios antiguos, calles empedradas y adoquinadas, arcos de piedra, tabernas tradicionales…aunque no lo parezca, hablamos de Benidorm. La ciudad de los rascacielos, las playas abarrotadas, multitud de hoteles y locales de fiesta ofrece también otra cara distinta con más sabor a pueblo, a historia y a aquella pequeña villa de pescadores que hace sólo algunas décadas ocupaba estaba zona de la Marina.

El centro histórico de Benidorm comienza en Punta Canfali: un acantilado natural de piedras que divide las dos principales playas de la ciudad (Levante y Poniente) y que reúne la esencia de los orígenes como pueblo pesquero. En este rincó  donde hoy hay simplemente un mirador se erigía antaño un castillo, que se construyó en 1325 y fue destruido en dos periodos: En el siglo XV, cuando el pueblo sufrió un ataque de piratas (tras el cual fue reconstruido); y en el Siglo XIX durante la Guerra de la Independencia, tras la cual fue completamente derruido por el impacto de las bombas de los cañones.

Hoy día el Mirador de la Punta Canfali, conocido también como el Balcón del Mediterráneo, es uno de los símbolos de la ciudad tanto por su balaustrada como por sus cercanas vistas al mar, con el Geiser en primer plano. En el mismo lugar que ocupaba el castillo, y donde hasta hace sólo unos pocos años estaba la Biblioteca Municipal, habita actualmente una amplia plaza que acoge en verano a artistas y feriantes artesanos, y que se llena de música y turistas. Los cañones siguen vigilando la plaza como símbolo de lo que un día fue.

Hasta este punto simbólico de la ciudad podremos llegar a través de multitud de calles, todas con un encanto especial: la calle Alameda, la calle Mayor…y, a través de ella, alcanzar la zona de El Callejón, donde se levanta la Parroquia de San Jaime, cuya cúpula azulada constituye una de las fotos más típicas de  Benidorm.

Una calle de paso obligada en esta zona del centro histórico es el Paseo de la Carretera, conocida aún hoy popularmente por la calle del coño, ya que muchas son las personas que encuentran a amigos y conocidos de su lugar de origen (“coño! Tu por aquí!”).

Gastronomía y comercio

El Centro histórico de Benidorm también invita a ir de compras, de pinchos y de copas. Restaurantes, tascas tradicionales y bares para cervecear se combinan con tiendas de souvenirs y comercios tradicionales que han conservado su personalidad pese a la jungla de cristal en la que se ha convertido gran parte de la ciudad. Si hablamos de gastronomía, destaca la presencia de distintas tabernas vascas que, salvando grandes diferencias, nos pueden trasladar los sabores de Bilbao o San Sebastián sin abandonar la Costa Blanca. Para ello habremos de preguntar por la calle Santo Domingo, donde podremos disfrutar de las mejores tapas vascas…y mediterráneas.

Otra opción comercial y no menos original es visitar el rastrillo El Cisne. Se celebra cada domingo y un sábado al mes en  la carretera de circunvalación que se une N-332, en dirección Alfàs del Pi. Otra opción no menos interesante es el mercado de frutas y hortalizas, que podremos visitar los martes y miércoles también en el centro histórico.

 

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teulada

Un paseo por la Teulada-Moraira más monumental

Teulada y Moraira es conocida por sus playas, su atmósfera cosmopolita, sus tradiciones, su gastronomía y rica uva de moscatell… pero también tiene otros atractivos que merecen una visita o, al menos, un paseo: su patrimonio monumental e histórico. En este post del blog de la Guía del Turista os proponemos un pequeño recorrido para completar vuestra visita a Teulada-Moraira

Comenzaremos nuestro recorrido en Teulada con un paseo por La Vila,  como se conoce al recinto amurallado que se adapta perfectamente a la topografía de la colina donde se asienta. Se trata de un conjunto de gran belleza que supone un claro ejemplo de la implantación cristiana posterior a la reconquista.

Sus edificios fueron levantados con piedra tosca y presentan fachadas con características constructivas y estéticas propias del gótico, conservando el interior elementos arquitectónicos originales como arcos, bóvedas de cañón, etc. Por todo ello se puede afirmar que estamos ante un conjunto único en la Comunitat Valenciana, sin olvidar que también posee estructuras pertenecientes al barroco y en menor número al modernismo.

La Iglesia fortificada de Santa Caterina y la Sala de Jurats i Justicies son los monumentos más relevantes del conjunto. Con respecto a este último, comentar que se trata de un edificio civil donde se reunían las autoridades municipales hasta 1991. Construido con piedra tosca, se asienta sobre tres arcos de medio punto frontales y dos laterales y en su fachada presenta un reloj de sol fechado en 1639.

En cuanto a la Iglesia de Santa Caterina (finales del siglo XVI) destacar su estilo renacentista con toques góticos, aunque la puerta principal es de estilo neoclásico. Más reciente es la torre campanario, originaria del siglo XIX.  Uno de sus valores más preciados es un órgano de finales del siglo XIX, donación de las hermanas Oliver, por ser uno de los más antiguos de la provincia. La Iglesia de Santa Caterina jugó un papel muy importante como iglesia-fortaleza, sirviendo como refugio de los moriscos.

Y en Moraira…

Dos monumentos sobresalen si nos desplazamos un pocos kilómetros más hacia el mar hasta toparnos con la bella Moraira: su castillo y la Torre del Cap d’Or. El primero es un ejemplo más de las muchas fortificaciones que se hicieron a lo largo de estas costas para la defensa de los ataques de los piratas berberiscos. Poseía cuatro cañones de bronce para repeler cualquier intento de abordaje.  Volado por los ingleses en 1801, el castillo fue posteriormente restaurado.

En dirección hacia el peñón llamado Cap d’Or, que domina la playa del Portet, podemos ver el segundo momento en importancia de Moraira: la torre. Al igual que el castillo, también formaba parte del sistema de vigilancia, manteniendo el contacto con las torres de La Granadella, al norte; y de Ifach, al sur.  Fue levantada por orden del monarca Felipe II en el siglo XVI al objeto de vigilar la costa ante posibles ataques de corsarios y berberiscos y avisar a Teulada y pueblos vecinos de estos peligros.

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escalda

Fiestas de Agosto en Jesús Pobre: un canto al Pare Pere y mucha uva moscatel

Si no has visitado Jesús Pobre, este mes de agosto tienes una buena excusa con las fiestas populares de agosto, que esta singular población dedica cada año al poeta Ben Al-labbama por sus orígenes árabes. Música, gastronomía, cultura, naturaleza…se combinan en un programa breve pero intenso de actividades que se desarrolla durante los cuatro fines de semana de agosto y que tendrán como broche de oro la celebración de la tradicional Escaldà de la uva moscatel en el mismo Riurau, emblema del municipio.

Las fiestas de agosto de Jesús Pobre arrancarán el viernes día cinco con la principal novedad de este año: el estreno de la ópera-oratorio Fra Pare Pere Descalç. El concierto se celebrará el día 5 de agosto en la iglesia del pueblo y será posible gracias a la selección de un conjunto de escenas y pasajes de la vida del Pare Pare que han sido musicalizadas por el compositor y director Francesc Estévez, y que serán interpretadas por los músicos de la Orquesta de la Marina Alta (OMA), un coro compuesto por unas12 personas y el barítono Sebastià Peres. Junto a ellos también participarán como narradores Lluis Fornés El Sifoner y Empar Ferrer.

En cuanto a la estructura y contenidos, irán combinándose fragmentos cantados y con música con otros donde únicamente se escuchará la voz de los narradores. La obra se iniciará con un preludio y la presentación de los personajes finalizando con la muerte del Pare Pere y los gozos de la Santíssima Sang, incluyendo otros pasajes como los del voto de la obediencia, la burla de los frailes de Alzira o el canto de los gozos de Jesús Pobre. Los textos seleccionados (religiosos y no dramáticos, de ahí que la actuación responda al género de oratorio dramatizado) parten de un libreto de ópera escrito en 2011 por El Sifoner. La figura figura del Pare Pare es muy importante para el municipio de Jesús Pobre, donde fundó el ermitorio.

Además de las escenas de la oratoria sobre Fra Pere El Descalç, el programa de fiestas en honor al poeta Ben Al-Labbama incluirá la excursión Tres Molins, Tres Castells prevista para el día 6 de agosto, que permitirá seguir conociendo el patrimonio cultural y medioambiental de Jesús Pobre. El 19 de agosto se celebrará la Festa del Farolet, con un taller de confección de farolets, cena popular y baile amenizado por la Rondalla La colla del Cànter. Otro de los platos fuertes será el homenaje musical a Lluis Llach, que tendrá lugar el viernes 26 de agosto, con la actuación de Borja Penalba y Francesc Anyó.

Y para el último domingo del mes de agosto, concretamente el día 28, Jesús Pobre y su célebre riurau revivirán nuevamente l’Escaldà, que aspira a convertir en Bien Cultural (BIC) Inmaterial. Está previsto que se escalde una tonelada de uva moscatel íntegra de Jesús Pobre, la cual llegará al riurau cargada en carros tirados por animales de carga, a la antigua usanza. Además de escaldar la uva y secarla habrá un taller de cañizos y de lata. La clausura de la festa de l’Escaldà correrá a cargo de Jesús Pobre Grup de Danses y la colla La Xareta.

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molins pedreguer

Mucho más que molinos de viento

La arquitectura y el patrimonio rural están de moda. Tal y como ha sucedido con los Riuraus, revalorizados gracias a la puesta en marcha de iniciativas como una ruta comarcal y distintos catálogos (fruto de la colaboración entre administración y empresas), los molinos de viento vuelven a cobrar vida. El ejemplo lo tenemos en Pedreguer, donde su ayuntamiento ha puesto en marcha una iniciativa para recuperar las estructuras sobre el Tossal, coronado desde hace más de un centenar de años por dos molinets harineros que se han convertido en auténticos iconos del municipio.

Redactado por el arquitecto Josep Ivars, experto en patrimonio, los molinos se han rehabilitado a través de la actuación de los trabajadores del taller de empleo Verd i Pedra. Estos trabajos, que están a punto de concluir, han servido para sacar de la ruina unos molinos que fueron abandonados (y posteriormente expoliados) a comienzos del siglo XX, y que han visto impasibles como el paso del tiempo iba socavando sus estructuras. De hecho, hoy día sólo quedan sus paredes, habiendo desaparecido la cubierta y la bóveda que antaño ocupaba la primera altura.

El proyecto, que también ha incluido el arreglo de sendas del término municipal, se considera absolutamente necesario para poder recuperar estas estructuras eólicas e históricas para los vecinos…además de poner en valor los molinos de cara a su difusión y promoción turística, en esta voluntad comarcal por ofrecer al visitante algo más que sol, playa…o gastronomía.

Y es que aunque se suelen confundir con antiguas torres de vigilancia, como las que dominan todo el litoral costero, se trata de elementos de primer orden que merecen ser conservados por su importancia dentro del patrimonio rural de la Marina. Un estudio de Seijó Alonso, titulado Molinos de viento en tierras alicantinas, cifró en 88 los molinos de estas características que ocupaban atrás toda la geografía valenciana. De ellos, se calcula que 37 se localizaban en la Marina Alta, lo que da cuenta de la importante actividad eólica que tenía esta comarca, en la que se aprovechaba la fuerza del viento para moler los cereales.

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nautico

La Marina: pasión por el mar y los deportes náuticos

Las actividades deportivas constituyen una parte esencial de la oferta que ofrece La Marina. La personalidad y belleza de sus costas, las características de sus vientos, su clima benigno y paisaje mediterráneo convierten a ambas comarcas (la Marina Alta y la Marina Baixa) en un escenario ideal para la práctica de todo tipo de deportes y actividades, especialmente aquellos relacionados con el mar.
Clubes, puertos deportivos y empresas hacen de municipios como Dénia (una de las cuatro estaciones náuticas con las que cuenta La Comunitat), Jávea, Moraira, Calpe o Altea mantengan esa vocación por dar un excelente servicio a los practicantes de los deportes náuticos. En un paisaje excepcional, este tipo de turista se encuentra siempre asistido en la práctica de la vela, el remo, el piragüismo, la pesca o el alquiler de cualquier embarcación con la que salir a navegar o disfrutar del submarinismo, sin olvidar las posibilidades de ocio que ofrece cualquier forma de excursionismo marítimo.
Por otra parte, el régimen de vientos convierte a los extensos arenales del norte de la comarca, especialmente la zona de L’Almadrava y Les Deveses (que comparten Dénia, Els Poblets y El Verger) en playas ideales para el surf, el windsurf o el kitesurf. En cambio, todo el litoral sur ofrece excelentes condiciones para la práctica del buceo. El mejor ejemplo lo encontraréis en Jávea, cuya privilegiada ubicación geográfica entre dos cabos (Sant Antoni y La Nau) dibujan una orografía privilegiada, con pequeños islotes, grutas, cuevas submarinas y una reserva litoral que suponen un auténtico paraíso para los amantes del submarinismo. Todo ello sin olvidar el gran número de Pecios y restos de naufragios que se pueden hallar en todo el litoral de la Marina, y que merecen ser explorados bine por los aficionados al submarinismo o simplemente por los amantes del snorkel.
A toda vela
La práctica de la Vela igualmente forma parte de la cultura y tradición de La Marina, constituyendo otro de los grandes ingredientes de su oferta turística y deportiva Su situación en el mapa, en pleno mar mediterráneo y frente a Las Islas Baleares, así como sus inigualables condiciones meteorológicas favorecen la práctica de este deporte y ponen todo a favor para que podáis disfrutar de la vela, del mar y de una estancia única. Varias escuelas de vela, clubes deportivos y agencias náuticas representan esta voluntad por practicar la vela u otras modalidades no menos apasionantes como el piragüismo o el remo, en sus diferentes disciplinas.
Ello por no hablar en profundidad del amplísimo calendario de pruebas que se celebran en aguas de La Marina a lo largo de todo el año, y que tienen, de manera específica, al Real Club Náutico de Dénia como anfitrión ejemplar en su organización y desarrollo modélico, sin olvidar el creciente protagonismo que está adquiriendo el Puerto Deportivo y Turístico Marina de Dénia.

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