dama sant blai teulada

Teulada Moraria y la Dama de Sant Blai

Cuenta la tradición que en Teulada Moraira hay que darse un buen madrugón el día de Sant Blai, tres de febrero, para acudir a la misa de las ocho y media de la mañana, así, de esta manera, tener bendecido la Dama para el resto del día, sobre todo para la merienda.

La Dama es un dulce elaborado con harina, leche, levadura, azúcar, canela y huevos,  cuya receta se ha ido trasmitiendo de generación tras generación. La Dama representa una figura femenina con un vestido largo. Parece ser que proviene de una costumbre pagana que rendía culto a las madres y a la naturaleza.

A Sant Blai se le atribuye la protección de los males de garganta por lo que el consumo de la Dama bendecida nos protegerá de estos males.

Acabaremos diciendo que esta celebración es de las más tradicionales de Teulada.

Foto: www.comunitatvalenciana.com

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corsarios en la marina

La Marina, refugio y tierra de Corsarios

El litoral de la Marina, destino en el presente de muchos turistas ávidos de sol y playa, fue antaño importante bastión para los corsarios. Su privilegiada ubicación geográfica, en la parte más meridional del golfo de Valencia y a sólo un paso de las Baleares, le convertían en un refugio perfecto para que estos temidos marineros fondearan para surtirse de provisiones, dar rienda suelta a sus ansias de jolgorio o reparar sus maltrechas naves, testigos de múltiples batallas y aventuras en alta mar.

Puertos y calas como las de Dénia, Jávea, Moraira, Calpe o Altea se convirtieron en un lugar habitual donde los corsarios establecían de manera provisional (en la mayoría de ocasiones) o con carácter más estable (en las menos) los marines corsarios. Tanto es así que hoy en día las fiestas de Moros y Cristianos de algunas poblaciones de La Marina tienen filaes que responden al nombre de Marinos Corsarios

La tradición se remonta muchos años atrás. Ya en la época islámica, el rey Mujahid de Dénia construyó gran escuadra formada por marinos y piratas. Tras la reconquista cristiana la ciudad continuó siendo un enclave estratégico para los corsarios, hasta el punto de que entre 1406-1476 el gobernador concedió licencias para armar las naves bajo patente de corso. En Dénia había catorce, siendo el mayor porcentaje de todo el reino. Los tipos de embarcaciones variaban dependiendo de las posibilidades que ofrecieran para alejarse más o menos de la costa. Generalmente eran naves muy rápidas y aptas para llevar a cabo una buena navegación. Predominaban los leños o bergantines, fustas o galeotas de unos 15 ó 20 metros de eslora, algunas sin cubierta. Podían llevar alguna pieza de artillería de bajo calibre. Muchos de estos navíos se dedicaban también a la presa de esclavos moros y negros, que posteriormente se vendían en los mercados de Alicante, Orihuela y Guardamar. Sin embargo, en 1448 el corso ilegal fue perseguido por las autoridades, acabando con este libertinaje y convirtiendo a los corsarios en objeto de persecución, hasta el punto de catalogarlos como piratas, delincuentes y, durante algunas etapas, como enemigos de la corona.

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