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Los vinos de la Marina: Una tradición milenaria

La gastronomía de La Marina brinda en el firmamento de las Estrellas Michelín, presumiendo y con motivos de Ciudad Creativa de la Gastronomía (en el caso de Dénia, aunque se trate de un proyecto comarcal) y de presentar una cultura en los fogones que aúna vanguardia y tradición. Muchos son los motivos que explican este fenómeno, y también son variados los factores y circunstancias que lo aliñan y enderezan.

Entre estos últimos, una tradición vinícola que se remonta muchos siglos atrás, en concreto hasta el siglo VI a.c., y que nos traslada al Alt de Benimaquía. Esta colina ubicada en la cola del Montgó, en término dianense pero colindante a la población de La Xara, alberga una de las bodegas más antiguas de la península sino la que más. De hecho, los hallazgos arqueológicos y estudios efectuados a raíz de los mismos permiten afirmar que en esta zona privilegiada por su clima y su tierra fértil se elaboraron algunos de los primeros caldos que disfrutaron los Íberos.

La creencia originaria de que las murallas y torres que cercaban este cerro albergaban un poblado estable han perdido peso frente a la teoría de que toda esta fortificación acogía una especie de factoría para la producción de vino. Las excavaciones efectuadas han dado con estructuras de adobe y de tierra apisonada que formaba partas rectangulares en cuyas plataformas se llevaba a cabo el prensado de  las uvas, cuyo mosto y hollejos se recogería en las balsas adosadas para una primera fermentación de un par de días. A continuación el vino se trasegaría en ánforas donde tendría lugar la segunda y definitiva fermentación.

Y es que en estos yacimientos también se han localizado abundantes restos de ánforas para depositar y transportar el vino. Ánforas que no sólo servían para el consumo propio, sino también para el comercio con otras regiones del Mediterráneo. De ello se percataron los romanos, que cogieron el testigo de los habitantes autóctonos de estas tierras para sistematizar la producción del vino, extendido las bodegas a otras factorías como las localizadas recientemente en Xaló o en la Almadrava de Els Poblets.

Por lo tanto, esta tradición culinaria y gastronómica de la que se enorgullece La Marina tiene una base histórica y regada en vino, el que se producía centenares de años atrás en el Alt de Beimaquía, cuyos restos se pueden visitarse en una excursión relativamente sencilla y que os recomendamos desde el blog de La Guía del Turista.

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