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El cap d’or: Uno de los tesoros que esconde Moraira

La costa de La Marina Alta es rica y variada. Largas playas arenosas como los del litoral norte de Dénia o de Calp contrastan con recónditas y espectaculares calas de roca como las que encontramos en Xàbia, Benissa o Teulada-Moraira. En la el litoral de este último municipio, en un entorno privilegiado, encontramos el Cap d’Or, que podemos disfrutar haciendo una ruta senderista que al mismo tiempo nos permitirá hacer un poco de ejercicio mientras disfrutamos del paisaje, ya sea en pareja, con amigos o en familia.

El Cap d’Or esconde o, mejor dicho, acoge el puerto deportivo y la pequeña zona portuaria de Moraira, brindándonos unas magníficas vistas de toda la costa, con el Cap de la Nau en una dirección y el Penyón d’Ifach, en el sentido opuesto. Hablamos de una una estrecha península que se adentra en el mar durante casi un kilómetro. Tiene una altitud máxima de 166 metros sobre el nivel del mar, caracterizándose por una vegetación natural, rica y diversa. De hecho, desde el año 2002 el Cap d’Or forma parte de la red de microreservas de flora de la Comunitat Valenciana y de la Red Europea Natura 2000, que incluye lugares de interés comunitario.

En ruta…hacia la torre

Para visitar el Cap d’Or de Moraira os recomendamos una ruta de senderismo que arrancará en la ermita de San Juan Bautista, situada en un extremo de la playa del Portet. Las gentes de Teulada-Moraira, la cita ermita data de mediados del siglo XIX. Una vez completemos la visita, tomaremos la avenida del Portet para alcanzar, a la izquierda, la calle Puerto Lápice, que continuaremos hasta encontrarnos con la calle Puerto de Alcudia, al final de la cual podremos iniciar nuestro recorrido a pie.

El mismo nos conducirá por una senda hasta la torre vigía, en cuya cima podremos disfrutar con unas vistas maravillosas a toda la bahía de Moraira, l’Albir, el Penyon d’Ifach o la Sierra d’Aitana. Incluso, en días claros, podremos al fondo del mar la silueta de Ibiza.

De regreso, podremos completar el día visitando los restos de la fortaleza de Moraira, dar un paseo por esta coqueta localidad y reponer fuerzas en alguno de sus muchos y buenos restaurantes, donde la cocina mediterránea y el pescado fresco de la bahía nos harán la boca agua. ¡Que disfrutéis!

Ruta en Wikiloc.

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¿Conoces la ruta de las ermitas de Pego?

Además de ofrecer los encantos del parque natural de La Marjal, el municipio de Pego ofrece en su término municipal distintos encantos relacionados con la naturaleza y el patrimonio. Ejemplo de ello son las diferentes ermitas, que invitan a un recorrido singular que permite conocer también la historia local.

La ruta alcanza las ermitas de Sant Miquel, Sant Antoni, Sant Sebastià, Sant Joaquim y Sant Josep. La primera de ellas marcará el inicio de nuestra visita. Está enclavada en la calle Sant Miquel o Ravalet y fue construida en el siglo XVI.

Retomaremos nuestra marcha a pie desplazándonos hasta la ermita  Sant Antoni, situada a sólo un kilómetro del núcleo urbano de Pego. Su estructura, que responde al mismo modelo de las las llamadas ermitas de conquista, fue levantada en el s. XVI, durante el reinado de Felipe II, al objeto para dar servicio a los moriscos convertidos.

Desde ahí el trayecto proseguirá hacia la ermita de Sant Sebastià, documentada en el siglo XVII, para alcanzar poco después la de Sant Joaquim (siglo XVI), que encontraremos al final del camino del Calvario. Edificada en el siglo XVIII y restaurada en 1891, en su acceso se puede contemplar la cerámica valenciana que decora las capillas recordando la Pasión de Cristo. En esta ermita cabe también observar el Panteón de la familia Sala.

Finalizaremos nuestro recorrido por las ermitas de Pego con la visita a la ermita de Sant Josep, la más reciente y que fue levantada en el siglo XX sobre la antigua estructura que fue concluida en 1677. La encontraremos en el Paseo Cervantes.

Además de hacerlo por cuenta propia, la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Pego ofrece un ciclo de visitas guiadas que se acompañan de la edición de un folleto con información para ilustrar el recorrido de los participantes. La inscripción a este ciclo de visitas guiadas es gratuita, requiriendo únicamente la inscripción previa en Tourist Info.

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Un paseo por Les Rotes (1)

Una de las rutas más fáciles y atractivas que podemos disfrutar en Dénia comprenderá  el  litoral  sur  de  la  ciudad, conocido  como  área  de  Les  Rotes,  cuya  belleza  paisajística  no  pasará  desapercibida. Partiendo de la Oficina Municipal de Turismo (en la plaza Oculista Buigues) en dirección sur alcanzaremos en primer lugar los antiguos barrios de pescadores, situados en el margen derecho, y articulados en torno  a  dos  plazas  sitas  al  final  de  las  calles  Amaltea  y  Aldebarán.  Los  azulejos  de algunas  fachadas  disiparán  cualquier  tipo  de  duda  sobre  el  origen  marinero  de  este enclave sumamente característico y con sabor a mar.

Poco  más  adelante  requerirán  nuestra  atención  las  instalaciones  del  Real  Club  Náutico de Dénia, donde conviven la tranquilidad de los amarres para barcos de hasta 20 metros de eslora con la frenética actividad que protagonizan las escuelas de remo, vela y piragüismo.  Siguiendo  por  la  acera  exterior  de  la  izquierda,  y siempre  paralelos  al  mar toparemos  con  una  rotonda  presidida  por  el  monumento  del  Montgó, obra  del  escultor Castejón, en homenaje a este monte que cobija la ciudad.

A  la  izquierda  de  la  rotonda  se  halla  la  Escollera  Sur,  lugar donde  se  ubica  el  puerto deportivo La Marina de Dénia. Se trata de una de las zonas de moda de la ciudad, tanto por su privilegiada situación, con un paseo de madera desde el que se divisa bien firme el Montgó y la bahía que dibuja la Marineta Cassiana, como por la reciente construcción de   amarres   para   embarcaciones   y   yates   que   alcanzan   los   60   metros   de   eslora, despertando la admiración de los viandantes.

La presencia de varias escuelas deportivas y de numerosos comercios, restaurantes, pubs  y terrazas  llenan todo este espacio de un aire  modernista  e  ibicenco  que  lejos  de  transgredir la  idiosincrasia  de  la  ciudad  se contagia  por  su  entorno  monumental  y  paisajístico,  pero  dotándolo  de  un  irresistible toque de glamour que atrapa al turista y enorgullece al residente. Tras  visitar  el  puerto  volvemos  a  la  rotonda  con  el  Monumento  del  Montgó  para continuar  el  paseo  que  recorre  la  orilla  de  la  playa  de  la  Marineta  Cassiana,  única  de arena de Les Rotes, y lugar frecuente de paseo, relax y tertulia de visitantes y dianenses.

Al  final  del  mismo  abandonaremos  la  Marineta  Cassiana  y  divisaremos  las  primeras calas rocosas, de  las  muchas que diseñan  el  litoral  más  meridional de  la ciudad. Ya en este punto el  visitante se percatará de la gran belleza  y por momentos espectacularidad de este paisaje agreste, donde los colores verde y azul del mar, así como la transparencia de  las  aguas  y  los  recovecos  que  realiza  la  costa  nos  llevarán  a  la  relajación.  Todo  un escenario  de  fondos  marinos  que  exigen  ser  explorados  y  que  comparten  una  misma denominación  de  origen:  La  Reserva  Marina  del  Cabo  de  San  Antonio,  con  especial protección medioambiental por su variedad y riqueza. Paseantes  y  ciclistas  forman  parte  indiscutible  del  paisaje,  al  igual  que  los  múltiples bancos  y  lugares  recogidos  que  están  pensados  para  la  relajación  mientras  se  disfruta con  la  estampa  del  mar,  se  sigue  la  trayectoria  de  las  gaviotas  surcando  las  aguas  o  se saborea un buen libro escuchando el ir y devenir de las olas.

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Laguar: donde brota el agua de La Marina…

En el interior de la Marina Alta, concretamente en uno de sus escondidos valles, se puede escuchar con nitidez el sonido del agua natural que brota del interior de las montañas. La Vall de Laguar formada por tres núcleos de población: Campell (Poble Baix), Fleix (Poble d ́Enmig) y Benimaurell (Poble Dalt) y la Residencia Sanatorio San Francisco Borja de Fontilles, da pie a una serie de fuentes naturales que se resisten a la opresión de la escarpada sierra de donde nacen.
Aguas puras y cristalinas que sacian la sed de ciclistas, senderistas y también de los residentes de la zona que se acercan a llenar sus botellas y garrafas. La Font del Camusot, Font dels Olbis, Font d ́Isber, Font del Penyó, Font del Reinós, Font de Fontilles o la Font del Gel (probablemente la más conocida) dotan de un valor añadido a esta zona ya de por sí atractiva por su escarpada orografía la cual brinda a la vista un espectáculo de flora típicamente mediterránea.
En sus zonas umbrías se puede disfrutar del coscojar (arbustos constituidos por coscoja, lentisco, romero, tomillo), “herba roquera” o “morella roquera” (parietaria judaica), la uña de gato o “raimet de pastor”; en las solanas abunda el matorral de romero, brezo, lavanda, con abundantes ejemplares de palmito o “margalló”; y en las laderas crecen entremezclados, el pino carrasco (pinus halepensis) y la carrasca, encinas y chopos. Un paisaje lleno de vida que seduce a la vista y también a los amantes del turismo activo, con la llamada Volta senderista a Les Fonts de Laguar.
Se trata de un recorrido de dificultad fácil, que permitirá conocer las más de veinte fuentes del valle. Además de disfrutar con una vegetación exuberante, aquellos que la recorran igualmente observarán un rico patrimonio histórico con reminiscencias moriscas.
El Castell de Atzavares es uno de los mayores atractivos, aunque también se puede observar construcciones tradicionales, cultivos en terrazas, muros de piedra seca y escaleras de piedra colgadas, caminos de herradura con escalones, hornos de cal, molinos y las estructuras del Pantà d ́Isbert, la Presa, EL camí, el Túnel i la casa de l ́Enginyer.

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Viajar por la Dénia de Maria Ibars

Junto ilustres como Marqués de Campo o Patricio Ferrándiz, la figura de María Ibars (1892-1965) también está ligada a la historia de Dénia. En este caso, y a diferencia de aquellos, esta escritora no da nombre a ninguna calle ni avenida, sino a un instituto de educación Secundaria, Formación Profesional y Bachillerato. Sin duda le es más propio, considerando su profesión como maestra así como su destacada trayectoria dentro de las letras valencianas.
Cabe recordar que, además de dignificar el valenciano durante el franquismo, en su faceta como escritora y novelista fue pionera en su tiempo, al denunciar la desigualdad de la mujer a comienzos del siglo XX, cuando la situación estaba muy alejada de la actual; y ello a pesar de su origen conservador y católico.
Más allá de su biografía y de considerarse una mujer singular para los años que le tocó vivir, Dénia le ha rendido este año un merecido homenaje, coincidiendo con el 50 aniversario de su muerte. Entre los actos e iniciativas organizadas, destacan dos rutas literarias que permitirán recorrer los parajes urbanos y rurales que constituyeron la materia prima de su literatura.
El Montgó, Baix la Mar y Les Rotes
Aunque nacida en Valencia y con padres Benisseros, Maria Ibars pasó gran parte de su vida en Dénia, lugar que inspira buena parte de su obra. Y entre los paisajes que más se identifican en su producción literaria destacan dos ámbitos: el Parque Natural de El Montgó y el barrio de Baix la Mar-Les Rotes
El primero de los itinerarios fue objeto de uno de los poemarios más conocido: Poemes de Penyamar: a l’ombra del Montgó. Escrito en 1949, constituye un homenaje a la casa de su abuela paterna ubicada en la partida de Campussos, donde la autora pasaba los veranos acompañada de su familia. El itinerario, pues, nos llevará por distintos puntos de la falda del Montgó, arrancando en la plaza Jaume I, pasando por el Pou de la Muntanya (donde actualmente se asienta un colegio) y subiendo hasta la ermita del Pare Pere, Els Campussos y la ermita de Santa Lucía, lugares todos ellos frecuentados por la escritora en aquellos periodos estivales de calor.

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